Perdonar el retraso de mi actualización. E estado de traslados esta semana y por fin e podido conseguir un poco de internet, aunque es del vecino (disculpame por robarte datos, pofavor).
El escrito de esta semana es, como bien dice el titulo, el "pasado" de otra, ya que al acabarla, me di cuenta de que muchas cosas quedaban en el aire y era ya "habian ocurrido". Por eso decidí crear ese pasado que tanto había marcado a los personajes del presente. Espero no liaros con todo el asunto del tiempo.
Por haber fallado en la puntualidad, os recompensaré con un poco más de historia, aparte del prólogo, en el cual los asteriscos (*) significan un cambio de protagonista. Tranquilos, en el resto del escrito que os enseño no ocurre eso.
Espero que disfruteis.
In the end - Linkin Park
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“Como todos los
atardeceres, la luz roja de nuestro querido amigo el sol, entra por el
ventanal, atravesando todas las finas telas blancas del dosel de la cama,
despertándome de mi dulce sueño casi eterno. Como cada día que pasa de mi vida
infinita, monótona y aburrida, abro los ojos ansiosos de probar una nueva
victima a la cual encajarle mis finos y preciados colmillos, por los cuales
estoy en esta maldición sangrienta sin fin. Si, ya comienzo a oír los gemidos
de los niños asustados. Y me gusta.”
**
“De nuevo, el día
acaba y la noche se cierne ante nosotros, comenzando el miedo entre los
humanos. Como cada noche. Otra vez a refugiarse en las casas, irse a dormir
antes de la puesta del sol; dar un beso a nuestros padres, pensando que esa
noche podría ser la última de sus vidas o el de las nuestras. No aguanto más el
miedo que siento al notar en mi mente, en mi cuerpo, el despertar de la dama
oscura. Odio cerrar los ojos al anochecer, ya que la imagen que aparece en mi
consciencia es esa luna roja, que va tiñendo el cielo de un color carmesí.”
**
“Ahh... Ya se oyen los
ligeros y rápidos de los cazadores por los alrededores del castillo. Los
Guardianes lo saben, sin embargo no pierden la compostura, fingiendo ignorancia,
siguen quietos como siempre. Bostezo sin darme cuentas, mostrando mis colmillos
al tiempo que una daga roza mi cabello oscuro, clavándose sobre la pared de
madera, habiendo rasgado a su paso el dosel blanco que adornaba mi cama. Al
segundo, noto como los Guardianes, sigilosos como solo nuestra raza puede ser,
rompen sus cabezas como hacen ellos con nosotros. Mis ojos rojos como el color
de la luna, relucen al notar el ambiente cargado del olor de la sangre recién
derramada y comienzo a susurrar palabras a mis queridos niños. Ya desperté
queridos”
**
“Ya vuelven a llenarse
mi cabeza de las palabras de la dama negra. Otra vez sus súbditos masacraron a
los intentaban matarla. Otra noche más, los humanos se dirigen hacia ella,
absortos en la locura. Pero yo nunca iré, nunca me dejaré inundar por sus
hipnóticas palabras, nunca seguiré el rastro de su voz. Es una trampa. Para
ella solo somos meros juguetes. Yo soy descendiente de cazador, no le temo. Mi
hermano y yo somos invencibles. No me tocara jamás. De nuevo, el aire que
viene de su castillo trae un fresco y repugnante aroma a sangre. Sin embargo,
oigo la abertura de la puerta. Madre y
Padre están a salvo... Ya cesé de temblar. No tengo miedo.”
Capítulo 1 – El encuentro.
Después del pequeño deleite que se dieron la pareja de
Guardianes, como dicen ellos “El bonito
ritual de despertar a la reina”, me dirigí hacia el baño, aun con las
sabanas pegadas a mi cuerpo, caminando por el largo y espacioso pasillo de
colores oscuros, luces apagadas. Todos los ventanales estaban hechos de vidrio
emplomado, con doble ventanal tintado y antibalas, para que la luz ni ningún
artefacto pudieran atravesarlo. Cuando llegué al baño, donde las sirvientas me
esperaban como cada noche alrededor de la enorme bañera blanca que constataba
el eje central del aseo, ya estaba preparado el baño de leche. Una sala del
tamaño de una casa particular promedio, con un estilo sencillo de colores rojos
suaves y blancos perla.
Siempre comenzaba la semana con dicho deleite ya que tocaba el
papeleo de las misiones de los regentes y eso incluía, horas y horas de charlas
con el Consejo, algo bastante agotador. En resumen, hay ciertas “tareas” que
necesitan de gente especializada, los cuales son personas o más bien, seres
sobrenaturales, que han aprobado los cinco años de carrera y las pruebas para
poder supervisar las zonas vampíricas que, estén o no conectadas entre las
zonas humanas, continúen en armonía.
El Consejo, junto con la jefa, que soy yo, nos encargamos de
supervisar y clasificar dichas misiones para encargárselas a las personas
indicadas, e incluso algunas las tenemos que hacer personalmente mi marido y
yo. Además, si por alguna de aquellas, se complicara alguna misión tendría que
ir mi marido ya que es el Jefe del Clan. Desgraciadamente, Yubone, fue hallado
muerto hace varios meses junto con diez cadáveres, que según varias fuentes,
eran Cazadores peligrosos. Al menos, murió haciendo su deber de protegernos.
De todas maneras, el trabajo sucio me tocaba a mí, el cual
incluía matar vampiros descarriados los cuales buscaban llenar esa hambre
insaciable que los volvía locos; rescatar niños humanos que habían osado
penetrar nuestras barreras… Joder, es indescriptiblemente deliciosa su sangre,
pero no quiero volver a experimentar la guerra que ocurrió hace más de 200
años, asíque no pensaba romper la tregua con las demás especies. A cambio de
unos cuantos “sacrificios”, protegeríamos tanto a los de nuestra especie como a
los que nos dan de comer. Hay que ser agradecido, ¿no?
Volviendo al baño, mientras me echaba el champú por mi larga
melena, dos de las sirvientas se dispusieron a meterse en la bañera para poder
limpiar bien mi cuerpo. Los vampiros soltamos feromonas que atontan a los demás
seres y yo, al ser la reina de toda mi especie, no era una excepción. Era una
de las cosas que mi familia posee para poder controlar a los demás vampiros de
menor rango, los cuales obedecían todas nuestras ordenes, aparte de porque
nosotros somos sus creadores. Realmente, es un tanto triste ser la única que puede preservar a la especie de su total destrucción. Tantos hombres para tan poca carne.
Lentamente, me dejo resbalar por la pared de la bañera
hundiéndome entera en la leche, dejando que rozara todos los centímetros de mi
cuerpo, incluyendo el cabello. Y todo quedó en silencio. No se oían los llantos
de los niños temblando de miedo en sus camas, ni a los cazadores buscando más
presas que entregar a sus jefes como muestra de su superioridad, ni jóvenes
asustadas pensando en que ellas serian el desayuno de ese día. Nada… excepto esa
leve voz, de un joven apunto de pasar a la edad adulta. Apenas un susurro, que
no teme a mis palabras hipnotizadoras, que aterrorizan a todo ser que camina
por la tierra; una pequeña súplica atisbo entre sus negaciones. Un corazón
fuerte…que me llama desesperado para ser poseído.
-Mi reina…
- dice una voz en mi mente, despertándome de mi pequeño trance.
<3