viernes, 27 de febrero de 2015

Navegando entre palabras 2

Hellou, queridas nubecitas esponjosas:

¿Que tal a ido la semana? Espero que bien. Yo estoy en mi casita y ahora me disponia a jugar de nuevo el Valkyrie Profile 2, para la PS2. Un juegazo que de la dificultad que tiene (o lo mala que soy) no me lo he pasado del todo todavia. Me encanta tanto los graficos, como la historia. La música ya ni te digo jeje.

El caso, os traigo hoy la segunda parte del "Navegando entre palabras". Mi queridisima Madrina, Gema, ganó la votación del anterior trozo, asique os muestro a continuación el suyo para que sigais el hilo de la historia,(En negrita) y después os pondré el mio.

Espero que os guste.
Saludos.

P.d: Puede que mañana o el domingo suba un capitulo de N&L, que ya llevo dos semanas sin subirlo al blog. Lo siento. Lo intentaré. Os quiero <3

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Alcé la varita con rapidez, intentando jugar con la sorpresa. Dicen que un buen comienzo es lo que desemboca en un buen final, aunque sabía que sería difícil. Las palabras bailaban en mi mente, tratando de decidirme por un buen hechizo contra él, pero antes de darme cuenta mis labios hablaron por si solos, siguiendo un impulso que pocas veces sentía.

- Wedlif gof!- Pronuncié con una determinación que no sentí como mía. Un rayo verde cubierto por una potente humareda cayó sobre las piernas de Marcus, envolviéndolas y ascendiendo por su cuerpo. Me habría encantado verle chillar y sacudirse, el hechizo corroía la tela y atacaría su carne, siguiendo un mismo destino…

Pero sin embargo Marcus no era el mejor por su cara bonita, y lo sabía. Extendió su varita y con una ágil floritura de su muñeca una lluvia cayó sobre nosotros, haciendo que mi hechizo se volviera inservible y mis rizos pelirrojos se apelmazaran sobre mi rostro. Bufé, salpicando agua por todas partes.

- Buen intento, pelirroja, pero no lo suficiente…- Sonrió Marcus, soltando un par de suspiros en el público. Murmuró algo y de su varita salió un potente rayo eléctrico.

Y, de golpe, me quedé en blanco.
 **
Sin mucho tiempo para pensar, esquivé el ataque a duras penas y grité, presa del pánico, otro hechizo, esta vez de defensa para poder esquivar su siguiente ataque. Me dolía el tobillo horrores e incluso pude verlo de reojo como se hinchaba por momentos.

            - “Demonios” - pensé, mientras recibía en mi escudo otro impacto. Y entonces caí. Sonreí al formarse en mi cabeza las imágenes de la página donde se hallaba ese encantamiento.

Las carcajadas de satisfacción de Marcus resonaban en mi cabeza, pero no lograron distraerme. No del todo. Cuando estaba acabando de recitar mi sencillo hechizo de invocación, un temblor provocado por él hizo que perdiera el equilibrio y dijera las palabras equivocadas. El ambiente se volvió espeso y caliente. Miré a Marcus, pensando que su ataque no había terminado, pero me miraba desconcertante.
Mas o menos así sería el demonio.

            - ¿Qué rayos has hecho? - preguntó Marcus, antes de que unas llamaradas salieran desde el suelo a pocos metros de mi rostro. Una figura esbelta y rojiza se alzó ante mí, con una sonrisa macabra y unos cuernos retorcidos en vez de orejas. Me miró con unos ojos sin pupilas, brillantes y sus uñas largas, al igual que sus dedos, me señalaron.



<3 - 200 palabras justas jaja - <3

miércoles, 25 de febrero de 2015

SDLD - Cap.2 d)

Buenos/as dias, tardes, noches mis queridas nubecitas esponjosas.

¿Que tal va la semana? Yo malita, como no. Ya me decía mi abuela, que me tenían que haber llamado maria dolores. Pero bueno, si eso juntamos mis manos que parecen un mapa de arañazos para gatos, ya vamos (ahora pondré una foto en el twitter).

Y bueno, se que muchas esperabais un trozo de N&L, pero nop. Hace mucho tiempo que no subo nada de SDLD y se que, aunque no lo digan, hay gente por ahí que le gusta esta historia y además, estuve teniendo sueños con Javier (ejem, no pensemos mal), asique aquí está un trocito más del capitulo 2. Ya queda mucho menos para el capitulo 3.

Espero que os guste.
Saludos.

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A pocos metros de donde estaban Olivia y Maiga, una pareja sentada en la cama seguían en silencio, intentando no hacer nada innecesario. Javier sabía lo que Nubia quería pero también sabía que ella no haría nada para no causarle daño a su amiga. Sin embargo, le acarició la mano, un movimiento que pocas veces podía reprimir.
            - Entonces - dijo Nubia, intentando romper el silencio, sonrojándose por el roce de sus manos - ¿Es verdad que estás saliendo con Capricce?
            - Bueno, no exactamente - suspiró, apartando su mano de ella - Estamos pero sin ataduras. Me pidió un oportunidad y, bueno, ya sabes porqué acepté… ¿No estarás celosa? - preguntó, dibujando una sonrisa pícara en su rostro, mientras sin darse cuenta, una de sus manos le acarició el pelo.
            -¿Yo? Sabes que no… - sonrió inocentemente, apartando la vista de esos ojos, que ella muy bien sabía que no podía mentirle si los miraba.
            - Si, lo se… - suspiró, acercándose a ella. Sin embargo, no llegó a abrazarla, ya que había notado algo extraño - ¿Um? - frunció el ceño, mirando hacia varios lados. Faltaba alguien en la casa.
            - ¿Qué pasa? - dijo Nubia, volviendo la cara hacia Javier.
            - No oigo los pasos de Olivia… - confesó Javier, extrañado, apartando delicadamente a Nubia de su lado y levantándose rápido de la cama, comenzó a caminar por la habitación.
            - Ahora que lo dices… No se ha oído ningún ruido… Ni siquiera la nevera pitando por estar abierta…
            - Voy a ir a ver. Tú quédate aquí.
Justo cuando Javier estaba apunto de salir por la puerta de la habitación, el móvil del susodicho empezó a sonar con fuerza, haciendo vibrar la cama y sobresaltando a Nubia. Extrañados por alguien llamara a esas horas, empezaron a buscarlo, hasta que debajo de una almohada Javier vio el Nokia azul que llevaba por teléfono. 
            - ¿Si? - miró Nubia - Si, está aquí a mi lado. Te la paso. - le tendió el móvil con el ceño fruncido. - Es Mónica.
            - Em… Hola Moni - contestó extrañada - ¿Ha pasado algo?
            - Bueno, ahora ya sé que Javi está contigo y solo me queda una duda ¿Ha ido Oli a tu casa?
            - Si, hace un rato ha venido con Javier,  ¿Por qué?
            - Pues puede que en un rato tengas un pequeño problema. Nuestra pequeña Sofía ha hecho, bueno, digamos que ha provocado un poco a Maiga y sus celos. Asique no tardará en aparecer por ahí un tanto salido de sus casillas. ¿Está Oli por ahí?
            - ¿Olivia? Pues ahora mismo está…
            - Con Maiga en la entrada de tu casa - dijo Javier, mirando por la ventana. - Tengo que bajar, noto algo extraño.
            - ¿¡Qué!? - gritó Nubia, soltando el móvil.
En un segundo, Javier salió corriendo de la habitación. Sin saber muy bien que hacer, Nubia cogió el móvil escuchando pequeños susurros de la voz de Mónica.
            - Lo siento Moni, tengo que dejarte. El terremoto ha tocado a mi puerta. Luego hablamos, un beso - dijo rápidamente antes de colgar.
Cogió con fuerza las muletas y se dispuso a bajar las escaleras cuidadosamente. Tenía que ir a la entrada de su casa y explicarlo todo para que nada se descontrolara. No era el mejor momento para los celos de Maiga. Pisando el último escalón, notó una fuerte energía acercándose peligrosamente rápido hacía ellos. Perfecto. Más problemas.
            - Y pensaba que tenía bastante con una pierna rota.
***
Coriu notó una fuerte presión de energía y nostalgia al llegar al sitio que debía ir. Recuperando el aliento, analizó la situación.
            - Joder, por fin te encontré - dijo Coriu, exasperado - No has cambiado absolutamente, Maiga. Se podría decir que tu poder a disminuido - sonrió, lamiéndose los labios.
Agazapándose sobre una rama, Coriu se encontraba en el pequeño parque que había enfrente de la casa de Nubia, observando la extraña escena. Había estado saltando de árbol en árbol desde el acantilado, el cual estaba prácticamente al otro lado de la ciudad. La explanada que había pasado, la cual estaba al lado del parque en el que estaba, de una gran inmensidad, le había causado varias dificultades para esconderse, pero bueno. Ya estaba allí y eso era lo que importaba.
Frunció el ceño al darse cuenta de quien era la persona con la que hablaba Maiga, la misma que había conseguido llevarlo hasta allí.
            - Oh… No puede ser…
Saltó varias ramas, acercándose hacia la muchacha. Justo al colocarse en un lugar con mejores vistas sin poder ser descubierto, una pequeña ráfaga de energía le impactó, consiguiendo que se tambaleara en el sitio casi perdiendo el equilibrio. Dando una vuelta entera a la rama, por fin confirmó sus sospechas.
            - Mi pequeña Olivia…- sonrió macabramente - Esto hará mucho más fácil crear un poco de caos.
Antes de que le diera tiempo a coger impulso, una canción un tanto tétrica comenzó a sonar desde su pantalón, haciéndole suspirar indignado ante la inoportuna llamada, la cual ya sabía de quien era.
            - ¿Qué quieres ahora? - preguntó al teléfono, cogiéndolo por un extremo, sin llegar a apoyarlo contra su cara.
            - Cuidadito con lo que dices… - contestó una voz femenina por el otro lado del teléfono.
            - Si, mi señora. Disculpe mi osadía. - notó un pequeño calambre en el cuello.
            - ¿Ya lo encontraste? Olvidé tu pésima orientación.
            - Si. Javier y Nubia están dentro de la casa, pero él está con Olivia. Pensaba utilizar la situación para…
            - Querido desalmado… - dijo la voz misteriosa, con cierto tono enfadado - No te dejes llevar por tus caprichos…Por ahora… Haz lo que tienes que hacer y vuelve.
Se formó una sonrisa amplia en la cara de Coriu al mismo tiempo que su señora decía sus últimas palabras antes de colgar el teléfono.
            - No hay quien la entienda - negó Coriu, alzándose encima de la rama mientras absorbía energía del bosque, dejando algunos árboles mustios - Pronto tendremos un nuevo miembro…
***
Mientras tanto, delante de la puerta de Nubia, un nervioso Maiga seguía intentando pensar en algo coherente para poder contestar a la pregunta prometedora que le había echo su querida amiga. De repente, notó una presión muy fuerte procedente del bosque.
            - Ah… - frunció el ceño dirigiendo la mirada a varios lados. - ¡Cuidado!- gritó al tiempo que un sombra se dirigía a gran velocidad hacia ellos.
            - ¿Eh?
En apenas segundos, Olivia se giró rápidamente sin darle tiempo a ver como algo o alguien caía encima de ella pero, una segunda sombra la atrapó esquivando a la primera a tiempo. Rodeándola con su propio cuerpo, Javier cogió a Olivia con un salto, cayendo los dos a varios metros lejos de Maiga y al desconocido.
            - ¿Estás bien? - preguntó él, abriendo sus brazos para que Olivia se levantara.
            - Si, gracias Javi, pero ¿Qué está pasando? ¿Quién es ese?
            - Un viejo conocido - espetó Javier, poniéndola detrás de él intentando ponerla  salvo.
Los dos miraron como el desconocido, alto y no muy corpulento, luchaba contra Maiga a una velocidad vertiginosa. Sin poder explicarse que estaba pasando, Olivia se quedó detrás de Javier, intentando observar la escena sin perder ningún detalle. Nunca había visto a Maiga usar la violencia.
Maiga estaba entre sorprendido y enfadado. No se esperaba verlo ahí y menos en la situación en la que se encontraba. Tampoco tenía mucho tiempo para pensar, esquivando las rápidas acciones de su eterno enemigo.
            - ¿Qué haces tu aquí? - preguntó Maiga al desconocido, esquivando un puñetazo y devolviéndolo.
            - ¿Oh?... ¿Me recuerdas? - sonrió el joven de pelo castaño, haciendo una cinta e intentando atacarlo por detrás.
            - ¡Já! - esquivó el ataque y se alejó varios pasos - Como olvidar al asesino de mis padres, ¿no, Coriu?
            - Ya veo que no… - susurró Coriu, riendo por lo bajo dibujando una media sonrisa en su inmaculado rostro.

<3





lunes, 23 de febrero de 2015

Cuéntame tu historia VIII

Hola de nuevo, nubecitas esponjosas:

Perdonar por desaparecer sin avisar. Tuve unos cuantos problemas personales que me obligaron a irme de donde hago mi día a día para visitar a unos familiares. Pero bueno, aquí estoy otra vez. A ver si me pongo las pilas.

Aquí está el cuéntame tu historia VIII donde decidí rescatar unos viejos personajes de otros "Cuéntame tu historia" para tratar el tema que nos proponen nuestras queridas amigas nubecitas: la Amistad. Espero que os guste. 

Os informo de que si tengo la entrevista, aunque ninguno me hizo ningun pregunta (una amiga que se leyó la historia me preguntó algunas cosas) pero si teneis alguna, aun podeis hacerla. La juntaré con la que tenía pensada más adelante. Las preguntas son sobre la historia "N&L"

P.D. Os informo que os estoy escribiendo esto mientras mi gata esta lamiendome los dedos y el teclado.

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Suria estaba peinando sus cabellos verdes con medio cuerpo fuera del agua, remojando su cola en el viejo lago donde solia ir a nadar para despejarse de su vida como humana. Tenía pocas horas para arreglarse e ir al sitio acordado con sus viejos amigos, sin embargo, esta vez era para rememorar el final de una de sus no tan viejas amistades.

Marco no hacía mucho tiempo que había muerto y aunque era un simple mortal, él había sabido su secreto y no le había traicionado contandoselo a nadie, ni siquiera a la chica que amama por la cual dió su vida para salvarla de un accidente de trafico. Miró hacia el cielo, observando las estrellas relucientes gracias a que era luna nueva, imaginandose que él estaría allí, observandoles a todos.

No tardó mucho en llegar al viejo parque donde todos pasaban una vez al mes, todo un día celebrando que, bueno, a pesar de todo, seguían juntos. Era, para muchos, un motivo con poca sustancia para celebrar pero para ellos era suficiente. Sonrió, enrededando su dedo en sus cabellos ahora de colores negros y castaños, al ver a Tatiana y Marlenne, cogidas de la mano, caminando hacia el banco azul donde habían quedado

     - ¡Suria! - gritó Marlenne, soltando la mano de Tatiana para poder abrazar a su vieja amiga.- ¿Que tal todo?
     - Hola Lenne - contestó, aceptando el abrazo - Como siempre, ya lo sabes. ¿Que tal te va todo con Tatiana? Veo que por fín ya te atreviste a dar el paso.
     - Si... Una larga historia.
     - Pues tenemos unas 24 horas para que nos lo cuentes - dijo un voz grave detrás de ellas.

Las dos chicas se giraron y vieron a su viejo amigo Anaquid bastante cambiado. Con unas ropas que parecían sacadas de un desfile de Victorio&Luccino y una actitud que creían ya imposible que él pudiera adoptar, el moreno se acercó a sus viejas amigas con paso tranquilo pero decidido, demostrando una seguridad nunca vista.

    - ¿Anaquid? - susurró Suria, intentando reprimir su hambre. Su amigo estaba bastante apetitoso. - ¿Pero que demonios te ha pasado?
    - Jajaja, tantas cosas vieja amiga. - susurró, abrazando a Suria y a Marlenne a la vez. Ninguna de las dos recordaban que su amigo fuera tan grande. - Hola, Tatiana.

La cara de sorpresa de Tatiana le provocó una carcajada, hiendo los tres hacia ella. Comenzaron a charlar antes de emprender el camino hacia la pequeña cabaña que hace varios años habían construido en un pequeño descampado. Nada más entrar, dejaron unas cervezas en el congelador para unos minutos más tarde, cogerlas y salir hacia el banco que habian colocado enfrente de una lápida.

Los cuatro amigos comenzaron a beber, sonrientes mirando la tumba de Marco. Unos pequeños copos empezaron a caer del cielo, consiguiendo que sus sonrisas se hicieran más amplias.

    - Menudo regalito nos ha dado Amelie. - dijo Anaquid, dando un sorbo a la cerveza.
    - Más le valía por no haber venido. - contestó Suria.
    - Parece mentira que no la conozcas - rió Marlenne, achucando a Tatiana.


<3

lunes, 16 de febrero de 2015

Cuéntame tu historia VII

Hola, nubecitas esponjosas:

¿Que tal el lunes? Yo hasta arriba de trabajos, como no. Tengo una gata nueva, (mi primera) a la que hemos llamado Reina, porque en apenas dos horas ya es la reina de la casa. Y la reina de los arañazos tambien -.- Mis manos dan asco. Eso sí, al rato se duerme a mi lado y a la hora me vuelve a odiar.... Bipolar.

Asique aquí estoy, como prometí, trayendoos la septima historia de la iniciativa. Como esta propuesta la hicieron en navidad, de eso va el tema. Nunca me ha gustado mucho esta fiesta, (y eso que mi cumple está entre medias) pero bueno, la imaginación no tiene límites y hay que sobrepasar las barreras para superarse a uno mismo.

Espero que disfruteis.
P.D. Si quereis ver más historias de esta iniciativa, Mi madrina Gema tiene una imaginación desbordante.

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El atardecer empezaba cuando Amelie estaba escribiendo lo que ella esperaba que fuera su próxima novela policiaca. Su gato Pantuflas descansaba en su regazo, ronroneando como si fuera un movil vibrando a máxima potencia. Esa la escena típica de la nochebuena en su vida. Junto con una taza de chocolate caliente y una esponjita, que poco a poco se iba volviendo más oscura al contacto del líquido consistente.

Realmente no necesitaba nada más. Ella era feliz con ello. Sus amigas estaban todas practicamente casadas y con algún hijo; sus dos hermanos mayores tambien habían echo su vida y sus padres se habían ido a vivir a Alaska, un sueño que tenían desde jovenes. Muchas veces se iba allí a verles, ya que el paisaje daba bastante material para que la imaginación se desarrollara. Pero en invierno era imposible estar allí.

    - Demasiado frío, ¿no, Pantuflas? - dijo Amelie, acariciando a su gato, el cual estiró las patas delanteras sin llegar a moverse de sus piernas.

Su casa era más acogedora y calentita en esa época del año y la había echo a su gusto a la perfección. Además, si se cansaba, tenía sus propios métodos para arreglarlo en un santiamen. Arrugó la nariz, intentando que su cabeza creara un ambiente acorde con la trama que había planteado. No se le ocurría nada.

En el piano que estaba en el salón de estar, sonaba una piececilla de Ravel, un tanto meláncolica. Amelie frunció el ceño y en un instante comenzó a oirse una obra de Prokofiev. Ella sonrió. Se apoyó en el respaldo de la silla, solo tocando el suelo con las dos patas de atrás, consiguiendo que el gato saltara.
Su mente no para de imaginarse escenarios donde sus personajes hacían todo tipo de vida.

Entonces se le ocurrió. "Pues claro" pensó, volviendo a poner las cuatro patas de la silla en el suelo y colocando sus manos en el teclado de su portatil, empezando a teclear a una velocidad vertiginosa, sonriente. Miró por la ventana y levantando su dedo indice, con un ligero movimiento al ritmo de la música, salieron unas pequeñas chispas, creando dibujos abstractos en el aire.

   - Un poco de nieve en navidad no hace daño a nadie...


<3

viernes, 13 de febrero de 2015

N&L - Cap.3 "Viejos desconocidos "

¿Queee paaachaaa? Ejem.. hola nubecitas esponjosas:

Como diría auronplay (SPAM!) ¿Todo bien?¿Todo correcto? Y yo que me alegro. JAjaja
Nah, ahora en serio. Ya es viernes. Apenas quedan horas para que sea San valentin. *CHAN CHAN*
El caso, he estado todo el día escribiendo historias y borrandolas (soy una maniatica) y he escrito casi todo el capitulo tres de NYL. Gracias, gracias.

Y después de dar por culín en twitter de que iba a sacar nuevos personajes, en este trozo que os pondré a continuación solo sale uno nuevo, pero no os preocupeis... ¡Que este capitulo vienen más! Sip, conocereís a Kale y a otro más. Además, el "personaje misterioso" de la cabellera blanca, pero eso ya más al final jajaja

Y bueno, no me enrollo más. Os dejo al final una imagen que tenía de hace tiempo de como veía a Kale (un tanto elegante jajaja) y eso ajaja. 

Os informo tambien, de que mañana, como he dicho en twitter, que haré por la tarde una especie de "entrevista" a los personajes que han salido hasta ahora en la historia, por lo que, si quereis preguntarles algo, ¡Hacerlo! Tanto por comentarios como por vía twitter. 

Espero que os guste y muchas preguntas para los personajes.
Saludos

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La noche no fue precisamente tranquila. Si, llegamos a casa sin ningún tipo de complicación, hice los deberes que me habían mandado y que mis compañeros me facilitaron por email, cené, me duché y me preparé todo lo que tenía que llevarme al día siguiente al instituto. Hasta ahí bien. En cuanto toqué la cama, mi cabeza no paró de darle vueltas de nuevo a millones de preguntas.

En fin, toda la noche dando vueltas en la cama. ¿Resultado? Al día siguiente iba como un zombi por el instituto. Las dos primeras horas del miércoles pasaron sin darme apenas cuenta. Hiendo a ritmo un poco más lento que el resto de mi clase, me dirigí hacia el aula de música sin prestar atención a nada. Sin embargo, en cuanto escuché el timbre me desperté y dispuesta a correr para llegar a tiempo, me choqué contra alguien, cayéndonos los dos al suelo.

Dispuesta a pedir perdón, miré a la persona con la que me había dado un buen golpe y me sorprendí al ver un hombre de bastante altura, con una melena rubia bastante larga para ser un chico que parecía más mayor que yo. Cogió su maletín a unos metros de él y me miró. Sus ojos grisáceos, casi blanquecinos me dejaron sin habla.

-         Uff – dijo levantándose mientras se frotaba la espalda – Disculpa, ¿te encuentras bien?
-         Si, perdona el choque – me levanté recogiendo mi mochila y volviendo a la realidad – No estaba mirando por donde iba y…
-         No importa – cortó sonriente. Su sonrisa me produjo tranquilidad y asosiego. – Ya ha sonado el timbre, señorita….

Me miró expectante, esperando una respuesta. Estaba extraña por su hablar tan cortés, además de que nunca le había visto por el instituto, ni en ningún otro sitio. Llevaba un traje con camisa blanca sin abrochar, una vestimenta bastante extraña. Pestañee varias veces al darme cuenta que seguía mirando esperando una respuesta.

-         Ah, claro. – tosí – Me llamo Lire Yamnez de 1ºBachillerato A. Disculpe mi actitud – miré nerviosa a varios lados, buscando alguna excusa – Estuve ayer en la enfermería y…
-         Oh, ¿Seguro que está bien? En vez de ir a clase debería estar en su casa descansando.
-         No no, estoy bien. Solo un tanto….
-         ¿Sin vida?
-         ¿Eh?
-         Creo que debería acompañarme – me miró, aun sonriente y dio media vuelta, comenzando a andar.
-         Pero yo…
-         Tranquila, vamos hacia la misma aula.

Sin comprender que estaba ocurriendo, le seguí sin saber muy bien porqué. Llegamos al aula y, como no, todos mis compañeros estaban armando escándalo y un profesor de guardia intentaba inútilmente poner un poco de orden. Por lo que parecía, nuestra profesora de música se había ausentado. Un tanto extraño, ya iban dos profesores de baja. De todas maneras, era la época de gripes asique, tampoco le di muchas vueltas.

El chico de cabellos rubios se quedó en la puerta, pero yo, sin prestarle mucha atención, me senté junto a mis compañeras las cuales me hicieron señas para que fueran. Algunos de los alumnos comenzaron a bajar la voz, cuchicheando por el hombre con el que había llegado. El profesor de guardia se dio cuenta de su existencia y fue a hablar con él, apenas unos minutos. Seguidamente, este se fue y el “rubiales”, como decían algunas chicas, entró en el aula y colocó su maletín encima de la mesa antes de levantar la cabeza y mirarnos a todos.

-         Hola chicos y chicas. Mi nombre es Kale y soy vuestro nuevo profesor de música. Por asuntos personales, la señora María ha tenido que abandonar la escuela y yo, por consiguiente, voy a ser el nuevo profesor

Toda la clase se calló varios minutos, para después empezar un gran cuchicheo. Aun con los demás alumnos hablando, Kale dijo que no mandaría ningún tipo de trabajo por hoy. Una manera tonta de ganarse a su alumnado, pero bueno. Fue llamando uno a uno para que se colocaran a su lado y charlar un rato con ellos. Según los demás, hablaron de sus hobbies y de las vacaciones, conversaciones banales.

-         Señorita Yamnez – dijo Kale, mirándome.
-         Si.

Me levanté con rapidez. No quedaba mucho para que acabara la clase y no quería llegar también tarde a otra clase solo porque un profesor quería saber que hago a menudo. Me senté en la silla, esperando a que él dijera algo, mirando a mis pies, pero no dijo nada. Pensé que a lo mejor había hablado muy bajo y con toda la clase hablando, no le había escuchado, asique alcé la mirada.

Me sorprendí al ver que me observaba, apoyando su cabeza en su antebrazo el cual estaba encima de la mesa. Su sonrisa denotaba confianza pero había algo en él, que al igual que Night, decía que tuvieras precaución. Sus ojos grisáceos penetraban en mi cabeza, como si estuviera explorándola con violencia. Cerré los ojos un momento y al abrirlos él rio levemente. Sonreí sin darme cuenta.

-         Hola – dijo antes de bostezar al mismo tiempo que se incorporaba.
-         Hola otra vez.
-         Lo siento, soy un poco perezoso – se excusó, volviendo a bostezar – Bueno, Lire, cuéntame algo de ti que ya no sepa.
-         Bueno – dije, un tanto extraña ante su declaración – No sé, ¿Qué quiere que le diga?
-         No seas tan formal… - suspiró un tanto molesto - ¿Te gustan los gatos?
-         ¿Lo...los gatos?

Me pilló totalmente desprevenida. Él asintió, con una pequeña sonrisa, volviendo a apoyar su cabeza en su antebrazo. Una actitud un tanto extraña para un profesor… Pero tenía que responder. Después de todo, era mi profesor.
           
-         Pues… si… Tengo un siamés llamado Feli.
-         ¡Oh! –dijo incorporándose y acercándose más a mí, haciendo que varias voces de mis compañeros callaran – Esto está muy bien.
-         Ah…Si… - miré a mis compañeros, nerviosa. Ya tenía bastante con Night…
-         Parece que tus compañeras te están comiendo con la mirada

Miré a Kale, sorprendida ante esa… confesión. Seguía mirándome sonriente, esta vez con los ojos entrecerrados. Parecía que estaba disfrutando de la situación, de mí situación. Él, al igual que Night, no parecía que tuvieran la actitud de un profesor y eso hacía que creara la duda de si era de fiar o no. “No sabes nada de él y ya estás pensando mal” Pero precisamente por eso, ¿Qué sabía de él? Solo su nombre. Aunque, no sé, había algo en él, que me daba la sensación de que ya lo conocía. Y por su mirada, parecía que él también me conocía a mí.

            - Es porque usted está actuando extraño, profesor.
            - ¿Yo? – se puso lo más recto que pudo y miró a mis compañeras con amabilidad - ¿Ocurre algo, chicas?
Me encanta su pelo <3
            - No no no
            - No ocurre nada, profesor.
            - Todo bien, señor Kale.
            - Eso espero – dijo sonriente antes de mirar de nuevo – No entiendo lo que me quieres decir…
            - No importa, profe… - suspiré mientras él se recostaba en la silla - ¿Quiere saber algo más o puedo irme a mi sitio?
            - Tanta prisa… - rio Kale – Una última cosa, ¿te gusta tocar la guitarra?
            - Bu-bueno… Mi hermano mayor la toca y me ha enseñado un poco…
            - Perfecto – dijo al mismo tiempo que apuntaba en su libreta – En el patio, pásate por la cafetería y te daré unas cuantas partituras que seguro que a tu hermano le gustarán, ¿te parece?
            - No… No hace falta, Prof…
            - Entonces hecho – cortó mirando el reloj – Bueno chicos, ya es hora de irse.



¿Os pareció corto? Si quereis, añado un trozo más el Domingo. Depende de cuantas preguntas hagais jojojo

<3 

miércoles, 11 de febrero de 2015

N&L - Cap.2 e)

Holiiii Nubecitas Esponjosas:

¿Como va la semana? ¡Ya estámos a miercoleees!
Quedan 3 dias para San valentín. A veremos los enamorados y los solitarios. Enamorados: Ojala os mezcleis con vuestras parejas como caramelo fundido y disfruteis de ese día. Solteros: Ojala os pegueis una fiesta tan gorda que os acosteis con una sonrisa y os desperteis también con una.

- ¿Y que se te a ocurrido para esta semana? Pues verás, como la historia de Lire y Night está aflorando sentimientos muy bonitos en nuestras nubecitas, he pensado que esta semana dedicarsela ellos dos, para que los suscriptores disfruten de la historia. Lo de hoy es muy corto, lo se, pero así ya acabamos el capitulo 2 y el viernes empezaré con el 3 y será muy largo, lo prometo... Pero, ¿eso que crea?

Pues que la semana que viene, para que no os canseis de ellos, la dedicaré a las Iniciativas "Cuéntame tu historia" y "Navegando entre palabras" (si lo requiere), así de paso adelanto que tengo historias atrasadas jajaj. Pero tranquilos, que para la siguiente semana habrá tanto N&L como SDLD.

Y ya no me enrollo más.
Espero que lo disfruteis.
Saludos esponjosos.

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 Sin darme cuenta me dormí. Demasiadas cosas estaban pasando en apenas dos días. Pensé realmente que sería un sueño, pero cuando abrí los ojos me di ceunta de que todo era muy real. El secuestro, el chico misterioro, ¿Era todo casualidad? Fruncí el ceño sintiendo como alguien me observaba. Miré hacia varios lados pero PAtricia entró por la puerta y me deshice de mis pensamientos. Excepto uno.

       -"Tengo que averiguar más de Night"

Las clases prácticamente habían acabado asique PAtricia se tomó la libertad de dejarme salir del instituto y había llamdo  mi madre, por lo tanto me estaba esperando en la salida. Por suerte, mi madre no estaba muy alterada ante mi ataque de asma, ya estaba bastante acotumbrada y sabía que tenía que antener la clma para que yo no me alterara y me volviera a pasar.

Como habíamos dicho a la policía el día anterior, fuimos a la comisaría a contar lo sucedido. No fue un momento agradable, volver a revivir lo sucedido el día anterior. Pensaba que lo había olvidado todo, que mi mente había encerrado esos recuerdos en lo más oculto de mi cerebro pero me equivocaba. Sinceramente, no sé si sirvió de algo lo que les dije a la policía ya que los secuestradores estaban muertos. Aun estando entre esas cuatro paredes grisáceas, me seguía sintiendo en peliro y observada, y no precisamente por las personas que estuvieran detrás del crital tintado.

Cuando los policías pensaron que ya era suficiente, me dijeron que esperara en la entrada de la comisaría mientras ellos hablaban con mi madre. No estava muy pendiente de la gente que entraba y salía de la comisaría, ni tampoco de los que pasaban por al lado de la venta, sin embargo, una voz extraña pero melodiosa sonó en mi oreja, como un susurro:

      - Me decepcionas, Kirea.

Me giré para ver si había alguien a mi alrededor, entre extrañada y asustada, pero no había nadie más cerca de 10 metros de mí. Instintivamente, como si de una luz se encendiera en mi cabeza, miré por la ventana, hacia el otro lado de la carretera, donde entre el gentío que pasaba por la acera destacba una caballera blanca. Me quedé observándolo, hasta que me miró a los ojos, sorprendiéndome.

     -Sus... sus ojos...

Su sonrisa, formandose al instante de salir las palabras de mi boca, me asustó todavía más. Entrecerró sus ojos azules mientras su sonrisa se amplió más, mostrando un fila de dientes blancos como perlas. Y desapareció. Prpadeé varias veces intentando aclararme, comprender que estaba ocurriendo cuado, mi madre me tocó el hombro, sorprendiéndome. Ya era hora de ir a casa. No tardamos mucho en llegr pero mientras, de camino, seguían formulándose preguntas en mi cabeza: ¿Que estaba pasando en mi vida? ¿Porque me siento tan extraña? ¿Quien er esa persona de pelo blanco? ¿Y porque tenía los mismos ojos que Night? No... Realmente, no eran esas las preguntas que se repetían una y otra vez en mi mente...

     - ¿Quién diablos es Kirea?



<3 Fin del Capítulo 2 <3


REGALO POR TROZO MUY PEQUEÑO DE HISTORIA:

Night y Lire, vamos, en mi cabeza xD

lunes, 9 de febrero de 2015

N&L - Cap.2 d)

Auu! Nubecitas Esponjosas:

No tengo mucho tiempo la verdad y tampoco estoy de muy humor. Constipada y encima me han echado la bronca en interpretación musical asique no estoy con mucho ánimo. Tampoco tenía un gran trozo de historia de N&L pero lo prometí asique me e puesto las pilas estas dos últimas horas del día.
Espero que lo disfruteis y que tengais una buena semana.
Nos leemos.
Hasta el miercoles.

P.D. Solo queda una parte más para acabar el capítulo y perdonar que sea tan corto.

**************************************************************
Sentí una fuerte opresión en el pecho tan fuerte, que se me olvidó de cómo respirar. Caí de rodillas, sintiendo todo el peso de la gravedad sobre mi cuerpo. Intenté divisar algo, pero tenía la vista borrosa, blanquecina, sin poder distinguir bien que se había dado cuenta de mi shock. Y creí que caería desplomada en el suelo, sin embargo, unos brazos me cogieron a tiempo y me elevaron al instante.

El tacto frío de sus manos y brazos consiguió despejarme un poco pero comencé a híper ventilar.
Una voz me susurró algo, con tono tranquilizador y calmado, sin embargo no pude entenderlo. Noté como corría mi salvador,  aunque apenas me movía de sus brazos; solo sentía el vaivén, unos pequeños botes en el aire, suspendida como si estuviera volando.

Abrí los ojos costosamente y pude reconocer las cortinas blancas de la enfermería. La voz de Patricia, la enfermera, consiguió que me calmara un poco, aunque de todas maneras, no conseguía respirar bien. Era uno de los inconvenientes de tener asma, junto con mala suerte. Solía tener todo tipo de torceduras a causa del volleyball y con problemas para respirar, la enfermería era un sitio bastante conocido para mí.

Escuché como Patricia le decía a mi salvador que me dejara en la camilla mientras ella buscaba entre los cajones de su estantería el inhalador, suponía. Entonces supe que Night era el que me había llevado hasta allí:

            - Señorita, a mi alumna le está costando respirar por un fuerte golpe en el pecho - explicó Night, sin soltarme el brazo desde que me dejó en la camilla. Su tacto frío conseguía mantenerme consciente de lo que sucedía, erizando mi piel.
            - Ya, me imagino - dijo Patricia mientras seguía buscando en los cajones - Demonios, ¿Dónde estará?
            - ¿Qué ocurre?
            - El inhalador - miró a Night antes de mirarme a mí, preocupada - No lo encuentro por ninguna parte.
            - Hey, ¿te encuentras bien? - dijo, acariciándome el pelo. Fue una sensación agradable para un momento de completo caos.

Intenté articular palabra pero no podía. Notaba como mis pulmones se oprimían cada vez  más, dificultándome más y más el poder coger aire. Presa del pánico por no poder respirar, las lágrimas salieron de mis ojos, pero Night no las dejó recorrer mi cara, recogiéndolas con uno de sus dedos.
Sentía como si tuviera un gran peso encima de mi pecho, sin embargo, el pequeño acto de ternura de Night me calmó. Solo un poco.

            - Joder - balbuceó frunciendo el ceño, antes de mirar a la enfermera - ¿No tiene ninguno de reserva? ¿No hay nada que pueda hacer?
            - Solo tenemos uno - dijo mirando a varios lados - En serio, ¿Dónde lo habrá metido?
            - ¿Habrá? - su mano se alejó de mi brazo y notaba como el dolor volvía cada vez más fuerte - ¿Es que alguien lo ha usado?
            - Si, bueno, un chico ha venido antes a pedírmelo ya que el suyo se lo había dejado en casa, pero me lo ha devuelto, estoy segura…

Escuché como Night volvía a maldecir por lo bajo antes de volver a mirarme y tocarme con suavidad, apartándome algunos mechones de mi cara. Patricia salió de la habitación asegurando que encontraría un inhalador en el despacho del director. Y en ese momento, sentí como Night cogía mi cabeza y me incorporaba, pero no podía enterarme muy bien de lo que ocurría a mí alrededor.

            - Espero….funcione… - conseguí escuchar.

No entendí muy bien lo que dijo antes de que sus labios rozaran los míos. La sorpresa no tuvo apenas efecto a causa del pánico y el cansancio que inundaba mi cuerpo a causa del intento por seguir respirando. Noté sus suaves y blandos labios como si de un último deseo no formulado se hiciera realidad antes de perder la consciencia.

Y realmente desfallecí. Escuché los susurros de la luz llamándome antes de dar un largo suspiro, sin embargo, una mano blanquecina tiró de mí para no dejarme arrastrar hacia las voces. Abrí los ojos al mismo tiempo que comencé a toser, volviendo a recuperar el control de mis pulmones. Una mano que conocía mejor que nadie me frotó la espalda. Le miré. 

            - ¿Cómo lo…? - pude decir.

Tragué saliva y noté un regusto extraño. Fruncí el ceño, sin apartar la mirada de él. Tenía el contacto visual con él desde que abrí los ojos y no quería perderlo. Sentía que si lo hacía perdería la oportunidad que se me había dado para sentirme más cerca de él. Porque eso era lo que quería en ese momento, saber ¿Por qué? ¿Por qué seguía salvándome la vida? ¿Por qué hacía que mi corazón latiera con tanta fuerza?

            - ¿Te encuentras bien? - dijo con su voz aterciopelada, sin apartar su mano de mi espalda.
            - Creo que si… ¿Cómo?

Negó con la cabeza. Su sonrisa volvió a descolocarme como la primera vez que lo hizo cuando la vi,

sin poder continuar preguntándole como lo había echo. Como había conseguido apartarme del olvido y haberme devuelto… ¿a la vida?
           
            - Es un secreto… - dijo con una leve risa - Deberías descansar. Aunque ahora respires a un ritmo constante perdiste la consciencia.
            - Eres todo un secreto, diría yo…- suspiré
            - Bueno… - dijo, apartándose de mi lado, sonriendo levemente - Si te portas bien, puede que te cuente mis secretos. Ahora debo volver con tus compañeros y decirles que ya estás bien.

Dio medio vuelta e iba a cruzar la puerta para marcharse, pero sin darme cuenta me había levantado y le estaba cogiendo de la camiseta, sorprendiéndole tanto a él como a mi. Me miró con el ceño fruncido antes de coger mi mano y soltarla de su camiseta. Su mirada me penetró como si me estuviera analizando, pero no me intimidó.
           
            - ¿Cómo lo has hecho?
            - ¿A que te refieres? - se giró, quedándonos cara a cara.
            - Lo de… lo de…- me sonrojé recordando el beso.

Se inclinó, quedándose a pocos centímetros su rostro del mío, haciendo que me sonrojara todavía más. Volvió a sonreír, entrecerrando los ojos. Me miraba con cierto toque pícaro, casi como si adivinara lo que estaba pensando.
           
            - Dejémoslo como otro secreto, ¿de acuerdo? - dijo Night, colocándome un mechón detrás de la oreja - Ahora a descansar.

Salió por la puerta, dejándome plantada dentro de la enfermería, avergonzada por todo lo ocurrido.
Fui a la camilla, despacio, intentando poner mis pensamientos en orden. Ya tumbada, comencé  a pensar en todo lo ocurrido: Había conseguido salvarme otra vez, dejarme desconcertada; me había dejado sin ninguna respuesta ante tantas preguntas que él mismo hacía que se formularan solas en mi cabeza. Me… Me…
           
            - Había besado…

 


<3

viernes, 6 de febrero de 2015

Navegando entre palabras I

Muy buenas nubecitas esponjosas:

¿Como llevais la nieve? Por aquí en la costa mediterranea a nevao ¡buuuff! Pa rato jaja Ya tocaba. Pensaba que no iba a subir historia hoy, ya que ayer vinieron mi madre y mi hermana a ayudarme a limpiar la casa (un historia demasiado larga jaja) y como no, la mia mama es de las que "o estudias o estudias, nada de perder el tiempo escribiendo o dibujando, señorita". Pero mi churri es una nube de las más esponjosas y bonitas que hay, y la entretuvo un buen rato.

Hoy os traigo el inicio de una nueva iniciativa. Se llama "Navegando entre palabras" y ahí os dejo el link de esta nueva aventura. Es realmente sencilla y puede participar cualquiera :) Trata de que, la propietaria del blog inicia una historia y nosotros, con 200 palabras, debemos continuarla. Todas las explicaciones están en el blog.

Espero que disfruteis con la continuación, en el link de arriba está el principio.
Saludos

P.D: Al final, una imagen de como veo yo a las señorita Mountain :3

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Un rayo azul salió de nuestras varitas, que en cuanto chocaron, nosotros ya estábamos preparando el siguiente hechizo. Puede que Marcus fuera el mejor de mi escuela pero yo me sabía de memoria todo lo que había en los libros, era imposible que me equivocara. Sin embargo, él era más rápido. Cuando estaba formulando una tormenta, un tornado se dirigía hacia mí con una impresionante velocidad.

            - Maldito hijo de una rana - maldije antes de tele-transportarme a la otra punta de la sala.
            - ¡Já! No escaparás de mí, zanahoria - dijo sonriente, mientras a la vez que conjuraba la nueva dirección del tornado, echaba miradas furtivas a la señorita Mountain.

“Piensa rápido, Valentina, piensa” decía mi conciencia, pero mi boca era más rápida, para mi sorpresa. Marcus por fin me puso atención, pero ya era demasiado tarde. Sonreí con malicia sin poder evitarlo.

            - ¡Ni se te ocurra! - gritó él, deshaciendo así su hechizo.

Con un susurro y un estallido por parte de mi vieja varita, Marcus se quedó paralizado. Su cuerpo comenzó a petrificarse por los pies, ascendiendo rápidamente por sus piernas. Escuché la voz de la señorita Mountain pero no podía parar. Y no pararía hasta escuchar el último latido de su corazón.


Miss Mountain de mi cabeza.
<3

miércoles, 4 de febrero de 2015

SDLD - Cap.2 parte c)

Bienvenidos Nubecitas Esponjosas:

Estoy de trabajos hasta el cuello y agobiada al máximo, pero se intenta aparecer por aquí, aunque sea un dia o dos a la semana. Febrero es un més caótico, para todos en general. Y para añadir un cupo, tengo a mi novio en la cama, malito (pervertidas jajaja). Asique nada, estoy de estudiante agobiada y de ama de casa. Pero bueno, se hace lo que se puede.

Os dejo con otra parte del capítulo dos de Susurro de los Dragones. Está avanzando lento, pero lo dicho, no hay tiempo pa más. 

Espero lo disfruteis.
Y perdón la tardanza.

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Cuando Olivia salió del cuarto de baño se estiró lo máximo que pudo su cuerpo, intentando no pensar demasiado en la situación anterior. Se sentía un tanto extraña desde la mañana, como pequeños impulsos provenientes de su pecho. “A lo mejor me está dando una taquicardia” pensó ella, un tanto sarcástica. Sin embargo, cuando se dispuso a entrar en la habitación, escuchó algo que le hizo quedarse quieta:
             - Esto es para ti - dijo él
             - ¡Oh, Javi! ¿Es lo que creo que es? 
Sin entender lo que había escuchado, se acercó lentamente a la puerta, intentando ver por un minúsculo espacio lo que sucedía dentro de la habitación, consiguiendo distinguir a Nubia con un pequeño estuche, del tamaño de una pelota de golf. A su lado, sin poder verlo pero escuchando su voz, Javier respondió ante la pregunta.
            - Claro. En cuanto Olivia reciba el suyo, tendrá utilidad y podrás conseguir lo que pertenece.
            - Javier… - susurró mirándolo y se sonrojó en cuanto él le cogió la mano. - Y... ¿Y dónde…está el colgante de Olivia?
            - Lo tiene Maiga - contestó, acariciándole la mano, haciendo que Olivia sintiera un fuerte dolor en el pecho. - Supongo que en cuanto lo vea se lo dará. No debe de tardar mucho en aparecer.
Aún asomada en la puerta, Olivia pudo observar como una de las manos de Javier apartaba delicadamente un pelo de la cara de Nubia y se lo colocaba detrás de la oreja. Ella se sonrojó más y a su vez, Olivia se apartó de la puerta, sin poder soportar más lo que veía. Sin embargo, siguió escuchando.
            - Creo que le tiene preparada una gran sorpresa. Sabiendo todo lo que siente por ella, seguro que será espectacular.
            - ¿Qué? - susurró Olivia, desconcertada.
Olivia sintió como su cuerpo irradiaba calor; Notaba como su corazón palpitaba con fuerza, como chocaba contra las paredes que lo protegía; El bello de todo su cuerpo se erizaba, ante la reacción de escuchar la frase de Javier. Un pequeño interruptor se había encendido en su corazón, un sentimiento extraño comenzó a inundarla, además de nerviosismo y confusión. Sin embargo, antes de aclarar en su cerebro todo lo que sentía, el móvil de Olivia comenzó a sonar, retumbando por todo el pasillo. 
Rápidamente, se apartó de la puerta, alejándose en cuchillas, intentando coger la llamada a tiempo mientras susurraba palabras sin sentido, un tanto mosqueada.
            - Joder - refunfuñó al coger el móvil y ver que era Maiga - ¿Sí? - susurró un tono más bajo.
            - ¿¡Donde estás!?
            - ¿Cómo? - contestó desconcertada ante el grito de su amigo.
            - Te estoy preguntando que donde coño estás – se oyó por el otro lado del teléfono, jadeante.
            - Oye - dijo Olivia, ofendida – Relájate. – Miró de reojo hacia la puerta de Nubia antes de susurrar – He ido a ver a Nubia.
            - Perfecto. Dile que me abra la puerta.
Acto seguido, el sonido del teléfono colgando resonó en el oído de Olivia como si de un trueno fuera. Pasmada por lo que acababa de suceder, miró el teléfono desconcertada ante la actitud de su amigo. Pocas veces había visto a Maiga enfadado.
-         ¿Qué leches le pasa a este ahora?
-         ¿Qué ocurre? ¿Qué haces ahí sentada en el suelo?
Como acto reflejo, Olivia se giró, encontrándose a Nubia y a Javier en el pasillo, observándola. Se dio cuenta de que Javier volvía a ser el chico taciturno y que estaba detrás de ella con el semblante serio que le caracterizaba. Olivia no pudo evitar suspirar e intentando pensar una excusa rápida, vio de reojo la cara preocupada de Nubia.
-         Nada – dijo sonriendo mientras se levantaba del suelo – Anda Nubia, no deberías estar de pie – espolsándose los pantalones, fue hacia Nubia, instándole que entrara en la habitación – Cuanto más descanses antes te recuperarás. Yo voy a… ¡la cocina! ¿Puedo coger algo de comer?
-         Claro – contestó Nubia, sonriendo – Gracias por preocuparte – besó a Olivia en la frente y se metió en su cuarto – Mira en la nevera. Seguro que mi madre dejó ahí unja tarta de chocolate, no estoy segura, jeje.
-         Perfecto. Gracias
Contestó sin darse cuenta de la indirecta de su amiga y se dirigió hacia las escaleras sin reparar en la mirada de Javier hasta que él, con una mirada dura, la agarró por el brazo, haciendo que le mirara, extrañada y un tanto asustada.
-         ¿Qué pasa? – dijo Olivia, intentando disimular su prisa - ¿Quieres que te suba algo de comer?
-         No – entrecerró los ojos y le soltó el brazo – Te acompaño.
-         Oh… - exhaló aire – No – no podía aguantar su mirada, por lo que agachó la cabeza – Tranquilo, tu cuida de Nubia y procura que no se levante de la mesa.
Tenía sentimientos encontrados en ese momento y si dejaba que Javier tuviera contacto con sus ojos, se podría arrepentir de sus palabras. Sin dejar que él reprochara, corrió hacia las escaleras, dejando a un Javier pensativo, extrañado ante la actitud de su vieja amiga. Sabía que le ocultaba algo, pero no estaba altamente alarmado ya que, el cambio no se produciría hasta que Maiga le diera la piedra, sin embargo sintió que algo se acercaba y su intuición no solía fallar.

                                                                       ***
“¿En qué estabas pensando?” pensó Olivia a pie de las escaleras “Ahora mismo no estás para confesiones inapropiadas. Demasiadas cosas que pensar. Al final no va a ser un buen cumpleaños, ya verás”
Miró la puerta donde supuestamente estaba esperando al otro lado Maiga. Se mordió las uñas,  nerviosa, sin saber muy bien que hacer. Estaba claro que no lo iba a dejar fuera pero no para de pensar en la conversación que habían tenido Javier y Nubia.
“A lo mejor son más cercanos de lo que yo creía” pensó, apretando los puños sin saber muy bien cómo reaccionar. “No, Nubia me lo habría contado y Javi, aunque es muy serio suele ser bastante claro con ese tipo de cosas”
 -         Debería abrirle la puerta…
Con paso decidido fue hacia la puerta pero en cuanto puso la mano en el pomo, dudó. Cogió aire y con sumo cuidado para que no la oyeran, abrió la puerta y se deslizó muy despacio hacia afuera, cerrando la puerta con la misma suavidad que como la había abierto. Suspiró.
“Es la hora de la verdad. Relájate Olivia, no es normal en ti estar tan nerviosa” se dijo para sí misma antes de darse la vuelta.
En cuanto su mirada tomó contacto con la persona que estaba delante de la verja, pestañeó varias veces. No se esperaba ver a un Maiga con la cara roja, sudoroso y con la respiración entre cortada. Denotaba cansancio, como si hubiera corrido una maratón y prácticamente, lo había hecho. Había corrido con todas sus fuerzas, preso de los celos que sentía. Él sabía muy bien los sentimientos de Javier hacia Olivia pero también conocía los de ella. Y solo tenía una cosa en la cabeza
“Ella había decidido estar con él el día de su cumpleaños, en vez de conmigo”
La miró, ya más calmado, apoyado en la verja, intentando recuperar el aliento antes de hablar con ella. Sin embargo, en cuanto ella le miró a los ojos, no pudo evitar que el enfado se le pasara. Solo un poco.
“A lo mejor no está él” pensó Maiga, intentando ser lógico. “Ha venido porque yo le dije lo de Nubia. No tiene por qué estar él aquí. A lo mejor Sofía se equivocó”
-         ¿Estás…estás bien? – preguntó Olivia, preocupada por el estado de su amigo.
-         Si… Tranquila – respondió entrecortadamente, respirando a cada palabra que susurraba - ¿Puedes… venir… un momento? – le hizo señas para que se acercara a él, ya incorporándose.
Quería estar a solas con ella para darle su regalo, pero Olivia no estaba tan convencida de ir. Estaban Javier y Nubia esperándole arriba y temía que lo que quería Maiga era charlar con ella largo y tendido.
-         No puedo – contestó Olivia, con preocupación – Estos no saben que estoy aquí fuera y si…
-         ¿Estos? – le cortó, agarrando la puerta de la verja y abriéndola. Algo dentro de él cambió - ¿Quiénes estais? – se acercó a ella, a apenas un paso – Olivia
Maiga se acercó hasta ella, sorprendiéndola. Antes de que le diera tiempo a contestarle, él le agarró del brazo. Olivia le miró a los ojos pero no parecían los mismos. Le pareció que su iris, del color verdoso que lo caracterizaba, daban vueltas lentamente alrededor de la pupila.
-         E…e… - “¿Por qué actúa de esta manera?” pensó, sin poder contestarle.
-         ¡Dimelo!
-         ¡Déjame! – gritó Olivia, soltándose de sus brazos, retrocediendo mientras volvía a sentir la presión en su pecho. Frunció el ceño, un tanto asustada por la actitud de su amigo - ¿Qué rayos te pasa?
Pestañeo varias veces, recordando algo que había oído. “Lo que había dicho Javi….”
            “- ¡Oh, Javi! ¿Es lo que creo que es?
- Claro. En cuanto Olivia reciba el suyo, tendrá utilidad y podrás conseguir lo que pertenece.
- Javier… - susurró mirándolo y se sonrojó en cuanto él le cogió la mano. - Y... ¿Y dónde…está el colgante de Olivia?
- Lo tiene Maiga - contestó, acariciándole la mano, haciendo que Olivia sintiera un fuerte dolor en el pecho. - Supongo que en cuanto lo vea se lo dará. No debe de tardar mucho en aparecer.
- Creo que le tiene preparada una gran sorpresa. Sabiendo todo lo que siente por ella, seguro que será espectacular.”
“Eso es. Lo que siente por mí…” pensó Olivia.
Volviendo a la realidad, Olivia vio como Maiga se acercaba lentamente hacia ella, con el semblante serio. Debía preguntárselo, pero estaba segura si quería saber la respuesta.
-         Que… que…
Extrañado ante la nueva actitud de su amiga, se paró en seco y se cruzó de brazos. No estaba pensando con claridad pero los celos se apoderaban de él poco a poco.
-         ¿Qué de que?
-         ¿Qué sientes por mí?
Su corazón dio un vuelco. ¿Qué había dicho? Ella lo miraba entre expectante y nerviosa. Esperaba una respuesta, aunque no parecía muy convencida de ello.
-         ¿Yo? – preguntó sorprendido, ruborizándose por la pregunta. Intentó pensar rápido pero las palabras salían solas, sin poder controlarlas – A …. ¿¡A que viene esa pregunta ahora!?
-         ¡Quiero saberlo! – exigió Olivia, sin saber muy bien porque tenía que saberlo. La reacción vergonzosa de Maiga la alarmó todavía más.
Con la cara roja como un tomate, esta vez no por el cansancio si no por vergüenza, agachó la cabeza, nervioso, intentando buscar las palabras adecuadas. La no tan pequeña exigencia de su amiga había conseguido que perdiera el enfado que tenía y había roto todas sus defensas. No podía aguantar la intensa mirada de Olivia, taladrándole cada vez con más fuerza y menos aun habiéndole pedido que le expresara sus sentimientos, así, de sopetón. La situación había dado un giro de 180º grados y Olivia le metió en un callejón sin salida.
“Bueno…” pensó Maiga, mirándola de reojo, aun sonrojado “ Solo hay una solución”
-         Yo… lo que siento por ti es…

***
<3<3