domingo, 7 de junio de 2015

SDLD - Cap.3 c)

Hola de nuevo, nubecitas esponjosas:

¿Que tal han ido este mes que no nos hemos visto? Espero que todo bien. Hemos estado la mayoria de examenes y demás. Yo por suerte (porque pensé que sería peor) Me han caido 3/10 asique aun no he terminado de estudiar jaja.

Pero bueno, os traigo la continuación de SDLD, que como dije en la anterior entrada de esta historia, este capitulo me ha estado dando muchos problemas, pero bueno, espero que quede bien. 

Espero que os guste.
Saludos
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Aun con los ojos cerrados, Olivia se encontraba suspendida en el aire rodeándola un aura, en forma de humo, negra, como el cielo en un día de tormenta. Cuando fue a hablar, sus ojos se abrieron lentamente, teñidos de un color azul frío como el hielo y cubierto de pequeñas motas amarillas relampagueando en ellos.
            -“No hablo con un misero mortal”
            - Sabes que eso no es cierto - dijo sin poder evitar reír.- ¿Y si consigo que aparezca Tommy? Sabes que está en mi interior…
Susurró las últimas palabras pero supo que ella las había oído.
            -“Ya no me interesa hablar con gente de mi pasado”
            - ¿En serio? - dijo Maiga, con un tono de voz más grave que el habitual - Con lo que me costó crear ese colgante para que no hicieras ninguna estupidez
            -“Tommy”
Una luz tenue de color verde comenzaba a emerger del cuerpo de Maiga, rodeándolo como si de un aura se tratara. Era distinta de lo que rodeaba a Olivia, o “Rimna”, más limpia, más luminosa. El chico se incorporó y se dirigió hacia ella, mirándola a los ojos. Sonrió con la mirada triste rozando con la mano uno de sus cabellos.
            - ¿No me vas ni a saludar?
            -“Sabes que estoy aquí solo para una cosa. El destino está escrito”
            -Eso no es verdad- negó con la cabeza, cruzándose de brazos -  Yo cambié nuestro destino y ellos pueden cambiar el suyo. Solo tenemos que ayudarla a controlar su poder.
            -“¿Tenemos? Tú no cambiaste nada. Solo escogiste otro camino de los muchos que hay escritos pero todos acaban en el mismo sitio, querido. La destrucción y la desgracia para toda nuestra estirpe.
            -No es cierto. Yo decidí salvarte, a ti y al mundo. Nosotros sufrimos el error de nuestros antepasados, no dejes que ellos lo sufran también.
            -“Es un poco tarde para decir eso. Tú cumple tu papel, que yo haré el mío. Ahora que ya estoy unida a mi sucesora, sumiré al mundo en la oscuridad que tanto ha atormentado mi vida. Y por fin podré obtener el verdadero poder, mi querido Tommy. Ya nadie podrá hacerme daño.”

Después de un gran suspiro, el colgante se elevó y brilló con tal fuerza que cegó a Maiga, rompiendo la conexión entre él y Tommy por unos minutos, el tiempo justo para que Olivia volviera a tomar consciencia. Se llevó la mano a la cabeza, ya en el suelo, un tanto mareada por la experiencia que no acababa de comprender. Lo había sentido todo, pero no podía creérselo.
Miró a Maiga, buscando respuestas, pero en vez de eso, su cabeza formuló muchas más al ver como lo rodeaba una especie de aro de luz verdoso semitransparente. Se arrastró hacia atrás como instinto ante la reacción de él al intentar tocarla y vio con los ojos entrecerrados como, el supuesto Tommy, suspiraba con los de su amigo.       
            -¿Qué… - dijo pero se paró en seco. Esa no era la pregunta. - ¿Quién eres tú?
            - Ya lo has oído, ¿no? - dijo él, revolviéndose el pelo, un tanto incómodo por la situación - Me llamo Tommy y si no haces caso de lo que te digo, no saldremos de… este lugar - hizo una mueca con la boca mientras alzaba las manos señalando a su alrededor.
Olivia miró en diversas direcciones pero en todas vio lo mismo. Una gran explanada sin fin aparente. Era como estar en una habitación redonda, blanca, pero a la vez era como si no tuviera límites. Frunció el ceño, confundida ante la situación que se le ponía por delante y volvió a mirar hacia el chico que tenía la misma apariencia que su amigo. Se sorprendió ante el suspiró de él pero no más cuando le tendió la mano delante de su cabeza.
            - No te voy a hacer daño. Levántate.
Cogió su mano, no muy convencida. Ya levantada, la soltó. No entendía la situación. En realidad no entendía nada, pero de lo que estaba segura era de que aunque la persona que tenía delante era su amigo Maiga, no “era” realmente él. Había algo o alguien dentro de él que le estaba controlando y realmente no sabía si eso era bueno o malo en ese momento.

Como si le estuviera leyendo el pensamiento, el susodicho se colocó las manos en las caderas antes de hablar y contestar a las preguntas no formuladas de la chica.
            - Como te he dicho - dijo antes de aclararse la voz - Mi nombre es Tommy. Soy un antepasado de tu amigo Maiga y estoy unido a él por enlaces de sangre. Solamente estoy utilizando parte de su poder y del mío para obtener, por tiempo “limitado”, prestado su cuerpo para intentar explicarte lo que pasó y que no suceda lo que evité en el pasado. Y tranquila, tu querido amigo sigue aquí - suspiró, señalándose al pecho.
            - ¿Cómo se que dices la verdad?
Bufó, rascándose la cabeza un tanto nervioso ante la situación. No tenía tiempo que perder.
            - Porque, sinceramente, no tienes otra alternativa si quieres volver a casa.
“En eso tienes razón” pensó Olivia, llevándose la mano a la boca. Por lo que había dicho el supuesto Tommy, no tenía porque hacerle nada malo, además Maiga estaba bien. Tampoco podía estar toda su vida en ese sitio, aunque realmente no se fiara de él, era la única salida. “Y también puede responder a lo que está ocurriendo” contestó su conciencia.
            - De acuerdo. Empieza a hablar.

Tommy no pudo evitar sonreír ante la contestación de Olivia. Cerró los ojos aun con la sonrisa en la boca mientras creaba una burbuja alrededor de ellos. El lugar comenzó a cambiar, creando un paisaje rupestre. Una llanura de extensiones ilimitadas de colores verdosos se expandía por debajo de ellos y millones de rosas blancas empezaron a cubrirlas como si de un manto se tratara. Pasaron a cierta velocidad por encima de ellas, a escasos metros, la justa para que Olivia pudiera alcanzar a coger la única rosa negra que había.

Se la llevó a la cara, sonriente. Él la miro, como acto reflejo. Realmente se parecía a Rimna, no podía negar que era su sucesora. Parecía tan dulce como ella antes de sucumbir a la oscuridad. Olivia notó como la observaban y se giró para comprobar que efectivamente Tommy la estaba mirando. No pude evitar sonrojarse.
            - Me encantan las rosas negras. No existen muchas de ellas.
            - Lo se - sonrió dulcemente.


<3