lunes, 19 de octubre de 2015

SDLD - Cap.3 d)

Buenas nubecitas esponjosas:

Hace ya muchos meses que no aparezco por aquí, demasiadas cosas han pasado. Espero que hayais tenido un verano estupendo y un comienzo de curso bueno. Os traigo de vuelta la continuación de SDLD, que ya toca jaja. Tengo tantas cosas que contar que no se por donde empezar, asique el resumen es que he pasado tanto momentos buenos como malos, la vida es un cúmulo de cambios tanto suaves como drásticos, pero así es la vida. 

Espero que disfruteis.
Saludos.

 ( Las zonas en cursiva son el pasado relatado por Tommy)
************************************


Tal expresión dejó un tanto sorprendida a Olivia. Si, era el cuerpo de su amigo Maiga, pero estaba “poseído” por otra persona, una que decía ser su antepasado, una supuesta mano amiga. Debía tener cuidado, porque aunque él aseguraba que tenía poder, no sabía usarlo para ayudar a su amigo. Tommy comenzó a descender la burbuja hacia un pequeño espacio sin flores, aun rodeados por el inmenso bosque.
            - Aquí estará bien
En cuanto la burbuja tocó tierra, estalló, consiguiendo aturdir un poco a Olivia, cogiendo como acto reflejo el brazo de él. Tommy no pudo evitar reír, haciendo que ella le soltara y frunciera el ceño antes de sentarse en el césped, a cierta distancia de él. Seguía sin fiarse.
            - Tranquila - dijo Tommy, sentándose a su lado - Dentro de poco Maiga volverá a ser el de siempre - le coge de la mano, mirándola a los ojos - Confía en mi.
            - Parece… - suspiró, negando con la cabeza - que te conociera de toda la vida - sonríe - aunque se que no te conozco.
            - Eso es porque tienes a Rimna en tu interior.
            - ¿Rimna? Espero que puedas explicarme que está ocurriendo… Porque no entiendo nada.
Tommy rió, comenzando a mover los dedos. Unas delgadas líneas verdes comenzaron a salir de ellos, dejando a Olivia fascinada.
            - Será mejor empezar por el principio…

<<Una vieja leyenda cuenta que cada mil años aproximadamente nacen, de la línea sucesoria de los Szunt, una tipo de humanos un poco distintos a los de su especie, dos gemelos. La reencarnación de la luz y la oscuridad, podría decirse. Hace 1020 años, en una pequeña región, unos reyes fueron visitados por los susodichos, los cuales le anunciaron que la siguiente generación nacería en su familia. Poco después de que la reina quedara en cinta, los seres de la oscuridad, gobernados en ese entonces por Ruz, la “reina de lo no-elemental”, visitaron a los reyes para pactar la reclamación de su progenitora para enseñarle a desarrollar sus poderes con el fin de que no se desataran y así no sumiera el mundo en la eterna oscuridad>>

Olivia enarcó una ceja, captando la atención de Tommy.
            - ¿No-elemental? No entiendo
            - Los elementos principales son fuego, rayo, agua y hielo. Los demás elementos de la naturaleza necesitan de estos para desarrollarse, así como el viento, etc. La oscuridad, sin embargo tiene influencia en todos ellos. Puede afectar a todo ser vivo y cualquier criatura… “muerta”, por llamarla de alguna manera. Ruz era una especialista en ese campo pero al no ser la sucesora de la oscuridad no tenía el control absoluto, por eso necesitaba a la susodicha.
            - Creo…creo que lo entiendo.       
            - Continuo.
<<Se suponia que, según el tratado que habían pactado, Ruz debía reclamar a Rimna, tu antecesora, cuando cumpliera los 18 años, ya que era la edad aproximada en la que sus poderes comenzarían a ser afectados por sus raices. Sin embargo, ella no podía esperar tanto tiempo a tener el poder absoluto. Su ambición y su sed de poder era demasiado grande para aguantar asique apareció cuando Rimna y Biaan tenían apenas 16 años>>

Olivia alzó las manos en señal de rendición. Tenía el presentimiento de que la cosa iba a comenzar a complicarse y quería saber lo máximo posible antes de ello. Tommy la miró a los ojos antes de que empezara a hablar.
            - Espera un momento. ¿Quién es Biaan? ¿Me podrías decir todas las personas que había? Siento que vas a decirme muchos nombres y no creo acordarme de todos y enterarme de la historia la mismo tiempo.

Tommy sonrío dulcemente ante la inocencia de Olivia. No podía evitar acordarse de Rimna y su parecido era tal que el tic nervioso de su barbilla volvió a aparecer después de tantos años, un gesto que tantas veces había visto Olivia en Maiga que no le pareció extraño.
            - Biaan es la hermana de Rimna, es decir la chica que tenía el poder de la luz y los cuales tiene tu amiga… ¿Cómo se llamaba?
            - ¿Nubia? - dijo sorprendida
            - ¡Si! El parecido es tan sorprendente como el tuyo propio con Rimna… - se aclaró volviendo en sí -  Yo soy Tommy, el antepasado de Maiga, como puedes comprobar y el antepasado de Javier es Looquer. Tranquila, lo entenderas todo en cuanto te lo cuente - rió al ver la cara de confusión de Olivia.
            - Vale, continua. - dijo mirando como el paisaje comenzaba a transformarse en una gran explanada de arboles

<<Como te he dicho, la reina tuvo dos niñas, Rimna y Biaan, las cuales mediante un antiguo ritual, obtuvieron los poderes de la luz y la oscuridad respectivamente. Es un proceso un tanto extraño en el cual, consiguen medio corazón de un dragón cada una para adquirir dichos poderes. Suele suceder que, al dar a luz, la mujer quede tan exhausta que muera en el acto, sin embargo, la reina Melia tenía ciertos “dones” que hicieron que pudiera sobrevivir unos pocos años más, el tiempo suficiente para poder ver a sus hijas. Pudo ver como Rimna obtenía la capacidad de controlar el hielo y el agua… su elemento favorito. Y como Biaan manejaba el fuego y el rayo a su antojo. Ciertamente es, que el poder destructivo que tenía Biaan no lo utilizaba mucho. Se rodeaba de la naturaleza que el mundo le ofrecía y odiaba destruir, una afición que no concordaba con su hermana, la cual se pasaba todo el tiempo desarrollando sus poderes con cualquier objeto que encontraba>>

Tommy se quedó un momento ensimismado con sus recuerdos. Pestañeo varias veces al notar la intensa mirada de Olivia y continuo.

<<Cierta noche, Rimna y Biaan estaban jugando en el lago Knim, un lugar donde el inmenso bosque se juntaba con la belleza del agua, el lugar favorito de las dos. Mientras Biaan se entretenía cuidando las viejas raices de un sauce llorón, Rimna se encontraba debajo de la cascada, la cual escondía una inmesa cueva donde solía esconderse a menudo. En ese instante, Rimna sintió una presencia detrás de ella…
            - ¿Qué quieres? - susurró, apenas perceptible para la oido de Olivia - ¡Hermana!
            - ¿Si? - contestó Biaan, sonriente.
            - Voy a mi escondite, vuelvo en un rato.
            - De acuerdo, estaré por aquí.>>
La burbuja que mantenía en suspensión a Tommy y Olivia se movió hasta el interior de la cueva donde se podía observar a Rimna delante de una persona de voluptuosas curvas, un pelo de una espesura ciertamente envidiable y una sonrisa macabra.
<<       - Hola Rimna - habló una voz femenina, borrando la sonrisa de su rostro - ¿Qué tal estás?
            - Como si te importara, Ruz. ¿Por qué has venido?
            - Mujer, quiero saber como está mi querida sucesora de la oscuridad - sonrió de nuevo.
            - No sabes mentir.
            - Oh vamos, he ven..
            - No mientas - contestó Rimna, cortandola - Te recuerdo que uno de mis habilidades es leer el pensamiento… Tendrás que esperar para obtener mi poder.
            - ¿Seguro? Supongo que tambien sabrás que nadie te echara de menos cuando te vayas, sin embargo, yo, sin tenerte cerca, ya te echo de menos.

Las palabras de Ruz confundieron a Rimna, la cual contestó frunciendo el ceño.
            - ¿Cómo? No te entiendo
            - Sígueme - dijo Ruz, tendiendole la mano antes de dirigirse hacia la cascada. - Tienes algo que observar.>>


<3

domingo, 7 de junio de 2015

SDLD - Cap.3 c)

Hola de nuevo, nubecitas esponjosas:

¿Que tal han ido este mes que no nos hemos visto? Espero que todo bien. Hemos estado la mayoria de examenes y demás. Yo por suerte (porque pensé que sería peor) Me han caido 3/10 asique aun no he terminado de estudiar jaja.

Pero bueno, os traigo la continuación de SDLD, que como dije en la anterior entrada de esta historia, este capitulo me ha estado dando muchos problemas, pero bueno, espero que quede bien. 

Espero que os guste.
Saludos
********************************************************************


Aun con los ojos cerrados, Olivia se encontraba suspendida en el aire rodeándola un aura, en forma de humo, negra, como el cielo en un día de tormenta. Cuando fue a hablar, sus ojos se abrieron lentamente, teñidos de un color azul frío como el hielo y cubierto de pequeñas motas amarillas relampagueando en ellos.
            -“No hablo con un misero mortal”
            - Sabes que eso no es cierto - dijo sin poder evitar reír.- ¿Y si consigo que aparezca Tommy? Sabes que está en mi interior…
Susurró las últimas palabras pero supo que ella las había oído.
            -“Ya no me interesa hablar con gente de mi pasado”
            - ¿En serio? - dijo Maiga, con un tono de voz más grave que el habitual - Con lo que me costó crear ese colgante para que no hicieras ninguna estupidez
            -“Tommy”
Una luz tenue de color verde comenzaba a emerger del cuerpo de Maiga, rodeándolo como si de un aura se tratara. Era distinta de lo que rodeaba a Olivia, o “Rimna”, más limpia, más luminosa. El chico se incorporó y se dirigió hacia ella, mirándola a los ojos. Sonrió con la mirada triste rozando con la mano uno de sus cabellos.
            - ¿No me vas ni a saludar?
            -“Sabes que estoy aquí solo para una cosa. El destino está escrito”
            -Eso no es verdad- negó con la cabeza, cruzándose de brazos -  Yo cambié nuestro destino y ellos pueden cambiar el suyo. Solo tenemos que ayudarla a controlar su poder.
            -“¿Tenemos? Tú no cambiaste nada. Solo escogiste otro camino de los muchos que hay escritos pero todos acaban en el mismo sitio, querido. La destrucción y la desgracia para toda nuestra estirpe.
            -No es cierto. Yo decidí salvarte, a ti y al mundo. Nosotros sufrimos el error de nuestros antepasados, no dejes que ellos lo sufran también.
            -“Es un poco tarde para decir eso. Tú cumple tu papel, que yo haré el mío. Ahora que ya estoy unida a mi sucesora, sumiré al mundo en la oscuridad que tanto ha atormentado mi vida. Y por fin podré obtener el verdadero poder, mi querido Tommy. Ya nadie podrá hacerme daño.”

Después de un gran suspiro, el colgante se elevó y brilló con tal fuerza que cegó a Maiga, rompiendo la conexión entre él y Tommy por unos minutos, el tiempo justo para que Olivia volviera a tomar consciencia. Se llevó la mano a la cabeza, ya en el suelo, un tanto mareada por la experiencia que no acababa de comprender. Lo había sentido todo, pero no podía creérselo.
Miró a Maiga, buscando respuestas, pero en vez de eso, su cabeza formuló muchas más al ver como lo rodeaba una especie de aro de luz verdoso semitransparente. Se arrastró hacia atrás como instinto ante la reacción de él al intentar tocarla y vio con los ojos entrecerrados como, el supuesto Tommy, suspiraba con los de su amigo.       
            -¿Qué… - dijo pero se paró en seco. Esa no era la pregunta. - ¿Quién eres tú?
            - Ya lo has oído, ¿no? - dijo él, revolviéndose el pelo, un tanto incómodo por la situación - Me llamo Tommy y si no haces caso de lo que te digo, no saldremos de… este lugar - hizo una mueca con la boca mientras alzaba las manos señalando a su alrededor.
Olivia miró en diversas direcciones pero en todas vio lo mismo. Una gran explanada sin fin aparente. Era como estar en una habitación redonda, blanca, pero a la vez era como si no tuviera límites. Frunció el ceño, confundida ante la situación que se le ponía por delante y volvió a mirar hacia el chico que tenía la misma apariencia que su amigo. Se sorprendió ante el suspiró de él pero no más cuando le tendió la mano delante de su cabeza.
            - No te voy a hacer daño. Levántate.
Cogió su mano, no muy convencida. Ya levantada, la soltó. No entendía la situación. En realidad no entendía nada, pero de lo que estaba segura era de que aunque la persona que tenía delante era su amigo Maiga, no “era” realmente él. Había algo o alguien dentro de él que le estaba controlando y realmente no sabía si eso era bueno o malo en ese momento.

Como si le estuviera leyendo el pensamiento, el susodicho se colocó las manos en las caderas antes de hablar y contestar a las preguntas no formuladas de la chica.
            - Como te he dicho - dijo antes de aclararse la voz - Mi nombre es Tommy. Soy un antepasado de tu amigo Maiga y estoy unido a él por enlaces de sangre. Solamente estoy utilizando parte de su poder y del mío para obtener, por tiempo “limitado”, prestado su cuerpo para intentar explicarte lo que pasó y que no suceda lo que evité en el pasado. Y tranquila, tu querido amigo sigue aquí - suspiró, señalándose al pecho.
            - ¿Cómo se que dices la verdad?
Bufó, rascándose la cabeza un tanto nervioso ante la situación. No tenía tiempo que perder.
            - Porque, sinceramente, no tienes otra alternativa si quieres volver a casa.
“En eso tienes razón” pensó Olivia, llevándose la mano a la boca. Por lo que había dicho el supuesto Tommy, no tenía porque hacerle nada malo, además Maiga estaba bien. Tampoco podía estar toda su vida en ese sitio, aunque realmente no se fiara de él, era la única salida. “Y también puede responder a lo que está ocurriendo” contestó su conciencia.
            - De acuerdo. Empieza a hablar.

Tommy no pudo evitar sonreír ante la contestación de Olivia. Cerró los ojos aun con la sonrisa en la boca mientras creaba una burbuja alrededor de ellos. El lugar comenzó a cambiar, creando un paisaje rupestre. Una llanura de extensiones ilimitadas de colores verdosos se expandía por debajo de ellos y millones de rosas blancas empezaron a cubrirlas como si de un manto se tratara. Pasaron a cierta velocidad por encima de ellas, a escasos metros, la justa para que Olivia pudiera alcanzar a coger la única rosa negra que había.

Se la llevó a la cara, sonriente. Él la miro, como acto reflejo. Realmente se parecía a Rimna, no podía negar que era su sucesora. Parecía tan dulce como ella antes de sucumbir a la oscuridad. Olivia notó como la observaban y se giró para comprobar que efectivamente Tommy la estaba mirando. No pude evitar sonrojarse.
            - Me encantan las rosas negras. No existen muchas de ellas.
            - Lo se - sonrió dulcemente.


<3

lunes, 27 de abril de 2015

N&L - Cap. 4 "El cambio ya ha comenzado"

Hola nubecitas esponjosas.

¿Que tal va todo? Yo en época de examenes y tengo a mi abuelo en el hospital, por eso tengo el blog un poco abandonado. Lo siento. Como prometí y como me sugirió Compases Rotos (<3), aquí teneis el Capitulo 4 de N&L, que ya comienza lo bueno. Un principio de capitulo con tensión.

Tampoco tengo mucho que decir. Asique no me voy a enrrollar y os dejo con la historia.
Espero que la disfruteis.
Saludos.

*********************************************************


Estuve todo el viernes por la mañana inquieta, incluso varios profesores me llamaron la atención. Estaba intranquila. Sabía que me olvidaba de algo, porque sentía la sensación de que algo no iba bien, pero no recordaba que me hubiera pasado nada malo, exceptuando el secuestro, pero ya hacia más de una semana de eso. No tenía sentido sentirse así.

Las clases acabaron un tanto lentas. La última clase de gimnasia, incluso con lluvia, había sido agotadora. Night parecía con bastante energía y eso nos causó agujetas a toda la clase. Como siempre, me fui con Miki hacia la esquina donde sus padres lo recogían. Nos llevábamos muy desde pequeños, ya que íbamos a clases extraescolares juntos. Hablando con él, miraba de reojo hacia mí alrededor, aun un tanto paranoica, debo admitir.

Me despedí tanto de Miki como de su madre antes de dirigirme hacia mi casa. Iba por el camino de siempre, evitando cualquier calle “sospechosa” cuando mi madre me llamó al móvil. Tan nerviosa como siempre, me pedía o más bien gritaba que no tardara en llegar a casa y que no me parara por nada del mundo. No pude evitar reírme al colgar. Su preocupación era ya exagerada. Cuando, al mirar al otro lado de la calle, la risa se me fue de golpe.

Ya estaba casi en mi calle, solo quedaba girar un par de esquinas y estaría delante de mi puerta, segura, en mi casa. Podría haber echado a correr, aunque seguramente no habría llegado muy lejos. Estaba echa polvo de la clase de gimnasia. Pestañee varias veces antes de que él sonriera.

En el otro lado de la calle, un chaval de pelo blanco como la nieve que le llegaba por los hombros, le habría confundido con Night si no fuera por ese pequeño dato. Era exactamente igual que él. Me miraba igual que él, pero… me daba la sensación de que quería devorarme. Esa sensación ya me era conocida. La misma cuando me secuestraron. La misma que en la comisaría. La misma que anoche.

Me quedé helada en el sitio, sin poder moverme, como si una fuerza superior me hubiera paralizado. No podía apartar la mirada de sus ojos azules, más oscuros que los de Night pero igual de letales. Él tampoco se movía, ni pestañeaba. Su sonrisa se ensanchó y como si de un rayo me atravesara, el dolor en el pecho volvió, consiguiendo que por fin me moviera pero para arrodillarme en el suelo, intentando controlar el dolor.

Cada segundo que pasaba me costaba más respirar y fue entonces, cuando él empezó a caminar hacia mí, con paso lento. Conseguí levantarme, a duras penas, intentando mantener la compostura. “A lo mejor él no se acuerda de nada. A lo mejor es solo mi imaginación” pensé, cerrando los ojos, intentando imaginarme en mi casa, en mi cuarto, que eso solo era un sueño y aun estaba en mi cama. Pero al abrirlos, él me miraba fijamente a solo un palmo de mí, aun en la carretera, serio.
            - Ho-hola…- dije costosamente - ¿Necesitas ayuda?

No contestó. Solo se dignó a seguir mirándome.
            - ¿Cuántos años tienes? - intenté sonreír, aunque no dio mucho resultado.

Él contestó con una media sonrisa, que solo hizo que me diera peor espina. Debía largarme, salir corriendo a un lugar más seguro, pero no podía. Algo me impedía hacerlo. Solo podía seguir mirándolo a los ojos, que parecían dos pozos sin fondo. Tragué saliva al ver que abría por fin la boca.
            - ¿Y tu? ¿No estarás intentando secuestrarme?

La pregunta me desconcertó un poco. No era muy normal que alguien preguntara eso pero la situación tampoco era muy normal, cada vez más tensa.
            - No…
            - Tengo 18 años
            - Vaya… la misma edad que yo. - contesté sin pensar
            - Oh, que interesante.

Los segundos parecían horas. Ninguno se movía, no pasaba ningún coche, ninguna persona. Parecía que no hubiera nadie más en el mundo. El silencio reinaba el mundo en ese instante, mientras él me seguía observando, como si me analizara. Yo, no podía dejar de mirar esos malditos ojos. Eran hipnóticos.
            - ¿Vives… cerca de aquí? - pregunté, intentando cortar un poco la tensión
            - No
            - ¿Y que haces por aquí?
            - Me gusta pasear - dijo mientras se acariciaba las puntas del cabello - Además, de que quería ver mi futuro instituto.
            - ¡Ah! Entonces nos veremos por ahí. Yo voy al instituto de detrás del polideportivo, ¿ese no?
            - Si… - contestó él, sin mucho esfuerzo por hablar.
            - Entonces nos veremos allí - sonreí, consiguiendo por fin la movilidad en mis piernas. - Hasta mañana.
           
Intentando disimular la rigidez de mi cuerpo, comencé a caminar lentamente, intentando no parecer desesperada por alejarme de él. Sin embargo, en cuanto di un par de pasos noté como me agarraba la muñeca con fuerza, obligándome a girarme y mirarlo a la cara, consiguiendo volver a hipnotizarme con su mirada.
            - ¿No quieres… - siseó, como si de una serpiente fuera, intentando capturar a su pera - Pasear conmigo?
            - Y-yo… Me está esperando mi madre en casa…- miré su mano en mi muñeca, asustada.
            - Entonces te acompaño - dijo al tiempo que me dejaba libre.
            - Tranquilo… - tragué saliva, intentando no volver a tartamudear. - Puedo ir sola
            - No me fío - miró hacia otro lado, perdiendo el contacto visual - Podrían  secuestrarte, Lire - me volvió a mirar, con una sonrisa en los labios.
            -Yo… nunca le he dicho mi nombre - pensé, frunciendo el ceño.

En ese mismo instante, un miedo inundó todo mi cuerpo, haciendo que temblara levemente. Me estremecí cuando su sonrisa se ensanchó al verme temblar, pero ninguno de los dos se movió. De nuevo, la dolorosa punzada en el pecho volvió y llevándome la mano al pecho, agaché la cabeza, intentando ocultar mi dolor al desconocido. Noté como se acercaba a mí, para acariciarme el pelo
            - ¿Te encuentras bien… Kirea?

Levanté la mirada al oír ese nombre otra vez y me encontré con unos ojos azules que, como si de un tornado fuera, se volvían rojos carmesí. Sentí como si me faltara el aire y una punzada aun más intensa se apoderó de mí, haciéndome gritar de dolor antes de desplomarme en el suelo.

Al instante, se escuchó un fuerte chillido de neumático y un motor a bastante velocidad que se dirigía hacia nosotros. Con los ojos entrecerrados pude ver como el chico ni siquiera se movió un centímetro aunque si que dirigió su mirada hacia donde provenía el vehículo. Yo me retorcía de dolor en el suelo. El coche se paró enfrente de nosotros, aunque pensé que nos iba a atropellar, trayendo tras de sí un olor a rueda quemada. De él, salió un chico bastante alto, de tez blanquecina y cabello negro, con unos ojos azules que conocía muy bien.

<3