El susurro de los dragones (Prólogo + Trozo Cap.1)

Holita queridos visitantes:

Sip, ni el martes volví a subir historia ni el resto de la semana, asique aquí estoy. Subiendo historia un viernes, que además en donde yo vivo, es fiesta. Asique desde el miercoles por la noche estoy en un pueblecito perdido de la mano de dios. Doy gracias de tener Internet, porque ni cobertura en el movil tengo. 

Pero bueno, hoy tengo una buena noticia. Me e decidido por subir una historia. Pero no solo el prólogo, ¡no! Voy a hacer la historia hasta el final. Si os gusta, claro está. Pero primero, comenzaré con el principio, por supuesto.

Espero que os guste.

P.D: Esta vez no pondré musica, ya que me ha echo sentir tantas emociones está historia que describirla solo con una sería despreciarla y minimizarla.

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Una brisa tenue y fría movía los largos cabellos de Olivia, consiguiendo que algunos de ellos los cogiera con dos dedos para colocárselos detrás de una de sus orejas. Alzó la cabeza pero la apartó deprisa, cerrando los ojos con fuerza hasta tal punto que le dolían. Su cerebro intentaba borrar esa horrible imagen de su memoria.

-         Puede… - susurró Olivia, apretando el puño contra su pecho – puede que esto solo sea un mal sueño.

Un escalofrío recorrió su espalda. Se giró de nuevo y ellos seguían ahí. Los cuerpos ensangrentados y sin vida de Maiga y Nubia. Sus ojos seguían abiertos, mirando hacia el infinito. Otra pequeño soplo de viento volvió a mover el pelo de Olivia, la cual los cogió de nuevo pero esta vez, un gritó salió de su boca.

Con las manos ensangrentadas de la misma sangre que cubría a sus amigos, comenzó a llorar.

 “Abre los ojos, Olivia”

 Ella hizo caso a esa voz que le resultaba tan familiar, pero al abrirlos, no vio a nadie.

-         ¿Quién eres?

Una leve risa llevada por el viento rodeó a Olivia, confundiéndola, hasta que pudo ver moverse algo entre las sombras. A cada paso que se acercaba, se podía distinguir a una persona.

“¿No te acuerdas de mi?”

Cuando por fin estaban cara a cara, Olivia pudo averiguar quien era. Su rostro cambió a terror puro y abriendo mucho los ojos, gritó:

-         Yo.. ¡Yo se quien eres!

“Yo soy tu peor pesadilla”

Antes de que pudiera hacer un movimiento, se abalanzó sobre Olivia, intentando estrangularla.

Capitulo 1 – Comienzo

Removiéndose entre las sabanas, Olivia siguió inmersa en su pesadilla sin poder escapar. Sin embargo, ese día entre semana era uno como cualquier otro, donde los afortunados que tenían un trabajo tenían que marcharse hacia él y los estudiantes asistir a su último día de clases, ya que comenzaban las vacaciones de verano, pero para Olivia no era un día cualquiera.

Era su dieciocho cumpleaños y aunque seguía teniendo las mismas pesadillas que siempre, era especial, porque su vida estaba a punto de cambiar.

Las persianas subieron rápidamente, dejando que el sol entrara por la ventana, dando en toda la cara a Olivia, consiguiendo que por fin despertara. Con los ojos abiertos de par en par y transpirando, miró hacia la ventana, intentando ver quien le había ayudado a salvarse.

            - ¿Quién a sido la magnífica persona que a dejado que me cegara el sol?

            - ¿Quién va a ser? Pues tú magnifica madre – dijo entre risas, Marlene, la madre de Olivia, mientras le estiraba las sabanas. – Creo que ya has dormido suficiente hija. Van a ser las diez de la mañana y tienes que ir a por tus notas ¿no?

            - Cierto. – se desperezó, sonriente – Hoy me gradúo, cumplo la mayoría de edad – y por fin me confesaré a Javier.

Marlene, recogiendo la ropa sucia, miró a su hija como seguía sentada dentro de la cama, embobada.

-         ¡Olivia! – gritó, consiguiendo que pegara un bote -  No te vuelvas a dormir en los laureles y vístete, guarda la ropa que no te vayas a poner en el armario y baja a desayunar de una vez. A este paso se va a acabar el verano antes de que tomes conciencia de la responsabilidad que vas a tener encima.

-         ¿Responsabilidad? – dijo Olivia, saliendo de la cama - ¿A que te refieres? No me llenes la cabeza de buena mañana, mamá.

-         ¡Já! A ver si te has pensado que ser mayor solo es beber alcohol y conducir un coche.

Dejando confusa a su hija, Marlene bajó las escaleras riéndose con varias prendas de ropa en las manos. Olivia se quedó mirando la puerta por donde había desaparecido su madre con incredulidad, pero en unos segundos siguió en sus pensamientos mientras continuaba arreglando su habitación.

Hacia mucho tiempo que estaba esperando este día, ya que había decidido que al cumplir los dieciocho tendría el suficiente valor para declararse a Javier, decirle lo que sentía por él desde que eran pequeños. Estaba nerviosa. Muy nerviosa.

-         Por lo menos, no estaré sola – pensó mientras se vestía – Si me da negativas, mis amigas estarán para apoyarme como han hecho hasta ahora.

Siguió vistiéndose mientras realizaba todo tipo de gestos y conversaciones con una persona imaginaria. Tenía que mantener un equilibrio entre infantil y seria, intentando ser ella misma pero tomándola en serio. Sentía una fuerte presión en el pecho desde hacía varios días, probablemente de los nervios, que no le dejaba pensar con claridad.

-         Bueno… - suspiró – No va a pasar nada. Si veo que no quiere aceptar mis sentimientos, le digo que es una broma y ya está.

Se miró al espejo y vio como su cara comenzaba a enrojecerse, provocándole un berrinche que terminó por acabarlo en la cama, en la cual se tiró encima aun con las manos en la cara. Javier era una persona muy importante para ella desde hace muchísimo tiempo, un buen amigo y no quería estropear esa amistad tan preciada, ya que, tonta de ella, sentía una fuerte adoración hacia él la cual le causaba los típicos síntomas del enamoramiento.           

-         Lo que tenga que suceder, sucederá. ¿Se habrá acordado de mi cumpleaños? – dijo sonriendo para sí misma.

-         ¡Olivia! – gritó Marlene desde el piso de abajo - ¡Si no quieres comer la comida del perro, baja ahora mismo!

-         ¡Ya voy!






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