sábado, 31 de enero de 2015

N&L - Cap.2 c)

Eyyyyyy, ¿como estan mis nubecitas esponjosas?

Yo con un internet que da asco. Estoy en casa de mis padres y mi hermana (tan encantadora como siempre *IRONIA*) me está robando toodo el internet, asique apenas me funciona. Llevo desde ayer intentando subir, pero me cansé. ¡Pero bueno! Hoy a intentarlo de nuevo. 


Y aquí estoy, dejandoos con un trozo más del Capitulo 2 de las aventuras de Night y Lire. Aun queda un poco más para que acabe este capítulo, (lo siento, es bastante largo) pero tranquilas, mis revoltosas nubecitas, que ¡el siguiente Capitulo está cerca! Y con él, ¡más personajes!

Asique, no me voy a enredar más por las ramas. Bueno si, una cosa más. Debo añadir que en esta parte he tenido bastantes problemas con Lire. Es muy desconfiada, (normal, la secuestran y la salva alguien desconocido) asique eso crea problemas a Night para "intimar" con ella. Este trozo es una demostración del "tira y afloja" de la consciencia de Lire y casi la cago jajaja. Peeero bueno, espero poder desarrollar bien esta relación tan extraña.

Espero que lo disfruteis.
Saludos.

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Así, uno a uno fue presentándose y diciendo sus hobbies con respecto a los deportes o cuales practicaban. Yo estaba la última de la lista asíque, no me di cuenta de cuando me tocó hasta que levanté la mirada y él y los demás me estaban mirando. Hice una rápida pasada a todas las miradas y con una sonrisa tonta asentí a su pregunta:

            - ¿Lire? ¿Estás con nosotros? - ante mi asentimiento, continuó - De acuerdo, dime cual es tu deporte favorito.
            - El Voleyball - contesté sin que me temblara la voz. - También lo practico, además del frontón en mis tiempos libres.
            - Oh, que grata sorpresa - dijo Night, apuntando en las hojas antes de mirarme de nuevo, dibujando una media sonrisa en su rostro -  También es el mío.

Después de su confesión, dejó los papeles al suelo y cogió los dos balones de futbol que tenía en sus pies. Las chicas ya me estaban fulminando con la mirada, pero intentaba no prestarles atención, sin embargo, sabía lo que iba a pasar: Iba a ser la diana de todas mis rivales en el partido que estaba anunciando el “profesor Night” que íbamos a hacer. Perfecto.

Me froté el estomago, dolorida. No tenía muchas ganas de ponerme a correr, dar y recibir empujones de unas adolescentes con las hormonas a flor de piel y ver como disfrutaba mi supuesto salvador, el cual estaba ocupado haciendo su trabajo en ese momento. Mejor. Cuantas menos miradas de él se dirigieran a mí, menos situaciones incómodas tendría que soportar. Aunque ese día no tenía la buena suerte de mi lado. En realidad, creo que la buena suerte me abandonó dos días ántes.

            - Bueno chicas, dividiros en dos grupos. - dijo Night a las chicas de mi clase, las cuales le estaban rodeando. - Yo vuelvo enseguida.

Todas contestaron efusivas y comenzaron a cuchichear en cuanto salió de su círculo. Pensando que estaba casi a salvo, él gritó mi nombre y sonriente, hizo señas para que me acercara. Sin necesidad de mirarlas, notaba las quince o catorce miradas de mis compañeras en mi espalda.
           
            - Algunas tienen suerte - susurró Begoña, sonriendo.
            - Luego me la presentas… - dije, hiendo hacia Night con desgana.

Fui lentamente hacia él, sin prisa. Él sabía que estaba dolorida, así que ¿Por qué no aprovecharse de ello? No iba a ir corriendo a su llamada, si eso es lo que él se esperaba. Además, seguía sin fiarme de él, no podía evitar sentirme cohibida cada vez que me acercaba a él, sin embargo, sus ojos me daban una mezcla de seguridad y peligro. Era una sensación extraña el estar con Night. No me gustaba tener sentimientos enfrentados en mi interior por una persona que no conocía y por ello, intentaba tener el mínimo contacto con él.

Ya en el centro de la pista, al lado del profesor, esperé a que terminara de elegir a un árbitro para el partido de los chicos para preguntarle para que me había llamado. Pero esos no eran sus planes. Se giró con una sonrisa en los labios, y me agarró de los hombros, acercándome al grupo.

            - Y una cosa más chicos. Os encargo el cuidar de esta chica lo máximo posible. Todos sabéis que es una persona muy patosa y su hermana me ha dicho que me asegure de su protección, asíque, cuando yo no esté, cuidarla ¿vale?

Todos asintieron entre risas. ¡Que acto más vergonzoso! ¿A que profesor se le ocurre soltar tal sermón? Además, ¿había escuchado mi excusa y la había usado en contra mía?

            - De acuerdo, a jugar. - dijo Night, ya soltándome. Se dirigió al grupo de las chicas, no sin antes decirme un par de cosas - Vamos, Lire, tu también vas a jugar.
            - ¿Qué? ¡Espere un momento! - le dije, cogiéndole de la manga, obligándolo a que parase. Apartó mi mano de su sudadera a la velocidad de la luz, pero eso no hizo que me desconcentrara de mi propósito. - No puedo jugar, aún estoy resentida de… ejem... ya sabe que… ¿No podría ser el arbitro?
            - Lire… - su voz sonó profunda - No puedo dar favoritismos ha nadie, ni aunque sea a una conocida. - se agachó a la altura de mi rostro, sonriendo - ¿Quieres que te pillen más manía de la que te tienen ahora?
            - Oh… ¡Pero serás!
            - Nonono - dijo anticipando mis intenciones de replicar - Soy tu profesor, querida. - se cruzó de brazos, sin dejar de sonreír - No tengo porqué darte explicaciones ni favoritismos. Además, no tienes la mínima posibilidad de cambiar la opinión de mi persona hacia los demás.

Entonces caí. ¡Se había propuesto coger el papel de profesor bueno! Pero, eso significaba. ¿Qué él no era así de verdad? Me había liado. Intentaba confundirme y me había puesto en una situación en la que, cualquier cosa que dijera, nadie me creería. Entonces… ¿era bueno o era malo? Ante mis quebraderos de cabeza, Night seguía observándome hasta que bufó, despertándome de mis pensamientos, pero antes de que dijera nada, acarició de nuevo mi cabeza suavemente, desarmándome por completo.

            - No te preocupes por nada, Lire. - susurró, apartando su fría mano de mi cabeza - Estoy aquí para protegerte. Eso es lo único que debes saber.

Y dicho eso, se alejó de mí. Se acercó al grupo de chicas y comenzó a explicarles lo que anteriormente les había explicado a los chicos, sin embargo, no escuché. Solo me había quedado con sus últimas palabras, todo lo demás había desaparecido. Hasta que un balón rozó mis pies. Alcé la mirada y Dana me señalaba que fuera. Negué con la cabeza para olvidarme de las embriagadoras palabras de Night y me centré en el juego. Si iba a jugar, jugaría bien.


No pude evitar sentir ciertos ¿Celos? Para que negarlo. Él sonreía mientras hablaba con las demás chicas, que ¡por Dios! Podían limpiarse las babas por lo menos. Si, me molestaba que las dejara que le adularan, pero… Él no era nada mío. “Solo tu salvador” dijo mi conciencia, pero los equipos ya estaban hechos y debía concentrarme.

Junto con Begoña y Dana, estabamos en un equipo bastante bien distribuido, pero las del otro bando, con Andrea y su pandilla de contrarias, iba a tenerlo claro. Me tocó de portera, un tanto descabellado para mi situación pero nadie lo sabía, ni quería que lo supieran asique tuve que aceptar sin rechistar. El partido no nos fue nada mal. Casi a mitad de clase ya habíamos marcado dos goles y tenía una buena defensa.

Sin embargo, Andrea no iba a desaprovechar la oportunidad de darme “algún que otro toquecito inapropiado” y tanto que lo hizo. Yo ya estaba cansada, apenas podía aguantar como el sudor rozaba las heridas haciendo que escocieran y creí ver como Night estaba apunto de sacarme del campo cuando un “¡Cuidado!” por parte de Dana me avisó, aunque demasiado tarde. Andrea había chutado y el balón fue directo ha parar en mi pecho.

Sentí una fuerte opresión en el pecho tan fuerte, que se me olvidó de cómo respirar. Caí de rodillas, sintiendo todo el peso de la gravedad sobre mi cuerpo. Intenté divisar algo, pero tenía la vista borrosa, blanquecina, sin poder distinguir bien que se había dado cuenta de mi shock. Y creí que caería desplomada en el suelo, sin embargo, unos brazos me cogieron a tiempo y me elevaron al instante.
 

<3

1 comentario:

  1. La verdad es que no lo veo mal, es un tira y afloja curioso y supongo que sea que todavía está comenzando, pero sin duda alguna me gusta.
    Pobre Lire, la verdad es que yo alguna vez he hablado con los profesores por malestar y me han permitido no hacer clase un día. El truco está en no abusar, supongo.
    Tengo ganas de más, jo, espero que subas pronto <3
    ¡Un besín!

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