lunes, 16 de febrero de 2015

Cuéntame tu historia VII

Hola, nubecitas esponjosas:

¿Que tal el lunes? Yo hasta arriba de trabajos, como no. Tengo una gata nueva, (mi primera) a la que hemos llamado Reina, porque en apenas dos horas ya es la reina de la casa. Y la reina de los arañazos tambien -.- Mis manos dan asco. Eso sí, al rato se duerme a mi lado y a la hora me vuelve a odiar.... Bipolar.

Asique aquí estoy, como prometí, trayendoos la septima historia de la iniciativa. Como esta propuesta la hicieron en navidad, de eso va el tema. Nunca me ha gustado mucho esta fiesta, (y eso que mi cumple está entre medias) pero bueno, la imaginación no tiene límites y hay que sobrepasar las barreras para superarse a uno mismo.

Espero que disfruteis.
P.D. Si quereis ver más historias de esta iniciativa, Mi madrina Gema tiene una imaginación desbordante.

**********************************************************

El atardecer empezaba cuando Amelie estaba escribiendo lo que ella esperaba que fuera su próxima novela policiaca. Su gato Pantuflas descansaba en su regazo, ronroneando como si fuera un movil vibrando a máxima potencia. Esa la escena típica de la nochebuena en su vida. Junto con una taza de chocolate caliente y una esponjita, que poco a poco se iba volviendo más oscura al contacto del líquido consistente.

Realmente no necesitaba nada más. Ella era feliz con ello. Sus amigas estaban todas practicamente casadas y con algún hijo; sus dos hermanos mayores tambien habían echo su vida y sus padres se habían ido a vivir a Alaska, un sueño que tenían desde jovenes. Muchas veces se iba allí a verles, ya que el paisaje daba bastante material para que la imaginación se desarrollara. Pero en invierno era imposible estar allí.

    - Demasiado frío, ¿no, Pantuflas? - dijo Amelie, acariciando a su gato, el cual estiró las patas delanteras sin llegar a moverse de sus piernas.

Su casa era más acogedora y calentita en esa época del año y la había echo a su gusto a la perfección. Además, si se cansaba, tenía sus propios métodos para arreglarlo en un santiamen. Arrugó la nariz, intentando que su cabeza creara un ambiente acorde con la trama que había planteado. No se le ocurría nada.

En el piano que estaba en el salón de estar, sonaba una piececilla de Ravel, un tanto meláncolica. Amelie frunció el ceño y en un instante comenzó a oirse una obra de Prokofiev. Ella sonrió. Se apoyó en el respaldo de la silla, solo tocando el suelo con las dos patas de atrás, consiguiendo que el gato saltara.
Su mente no para de imaginarse escenarios donde sus personajes hacían todo tipo de vida.

Entonces se le ocurrió. "Pues claro" pensó, volviendo a poner las cuatro patas de la silla en el suelo y colocando sus manos en el teclado de su portatil, empezando a teclear a una velocidad vertiginosa, sonriente. Miró por la ventana y levantando su dedo indice, con un ligero movimiento al ritmo de la música, salieron unas pequeñas chispas, creando dibujos abstractos en el aire.

   - Un poco de nieve en navidad no hace daño a nadie...


<3

6 comentarios:

  1. Me ha encantado ese toque mágico en la historia y aunque es una estampa solitaria para navidad, has conseguido infundir un poco de calidez en esa historia.
    Sin duda me ha resultado una historia entretenida.
    Por cierto, que envidia, yo también quiero un gatete.
    ¡Un besín!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tarde en contestar a tu comentario, sorry.
      Es un tanto extraña, lose, pero ya sabes que soy rara jaja.
      Me alegro de que te haya gustado.
      Y creeme, no quieres un gato. No son nada amorosos...
      Besos

      <3

      Eliminar
  2. Una historia preciosa, y el gato achuchable (Pantunflas deberia ponerse de moda como nombre, mola mucho ;D)
    ¿Tienes una gatita? O.o Yo también quiero....
    Un besote
    Lena

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja Siempre querido llamar a un gato Pantuflas, pero el gato que tengo yo resulta ser gata asique, ¿porque no meter un gato en la historia? xdd
      Si quieres te regalo la gata, es un bicho jeje
      Besos

      <3

      Eliminar
  3. Me ha parecido muy adorable que el gato se llame Pantuflas, la verdad, y me hace mucha gracia también.^^

    Y el toque de magia, es genial, porque no parece para nada un historia típica navideña, pero ahí está el espíritu de la Navidad.

    ¡Muy buen relato!
    Bss!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que te guste el nombre jeje, es el nombre perfecto para un gato, sip. No me suele gustar las historias navideñas, asique un poco de magia lo arregla todo :3
      Gracias por pasarte
      Besos

      <3

      Eliminar